Investigación

Juan Carlos I quiso ‘exiliarse’ en Portugal pero el presidente Rebelo de Sousa lo impidió

Juan Carlos I barajó la posibilidad de “exiliarse” en Portugal en agosto de 2020, antes de recalar en Abu Dabi, pero el jefe de Estado del país vecino se lo impidió. El presidente portugués Marcelo Rebelo de Sousa desaconsejó al Rey emérito y a la Zarzuela la opción de la costa atlántica como lugar de residencia para el monarca emérito. “No estamos dispuestos a meternos en un lío”, fueron las palabras del primer mandatario de la República.

Portugal era la primera opción del Rey emérito para fijar su nueva residencia, con Estoril como primera opción por delante de sus otras dos ciudades favoritas: Roma y Londres. Don Juan Carlos seguía recordando su infancia en los veranos de Estoril, en Villa Giralda, donde su padre Don Juan de Borbón se exilió en 1945 de la dictadura de Franco. Pero, cuando hablaba de la costa portuguesa, también solía comentar lo duro que eran los inviernos frente al Atlántico: “Esos meses se hacían interminables”. Los miembros del consejo de Don Juan decían también de Portugal que sus inviernos eran un «cementerio de vivos».

Marcelo Rebelo de Sousa, del PSD (centroderecha) y presidente desde 2016, mantiene unas excelentes relaciones con la Casa del Rey española -dispone de los títulos nacionales de la Orden de Isabel la Católica y de la Orden de Carlos III- pero la coyuntura política de su país, en 2020, no le aconsejaba la presencia de Juan Carlos I en territorio luso.

Rebelo de Sousa podía presumir una desestabilización política en un país en el que el Gobierno está presidido por el socialista Antonio Costa, pero apoyado en el Parlamento por tres partidos de izquierda (Bloque de Izquierda, Partido Comunista Portugués y Partido Ecologista Los Verdes) y por un diputado de Personas-Animales-Naturaleza.

El propio Rebelo de Sousa llamó a Felipe VI para comunicarle su decisión: el Rey emérito era una patata caliente para los vecinos peninsulares. El jefe de Estado luso, en contra de lo que sucede en España, ostenta más competencias y atribuciones constitucionales que la Monarquía española. Entre ellas, disfruta de la capacidad política de negociar con Zarzuela la conveniencia o no de la residencia de Juan Carlos en Estoril. En España esa decisión habría pasado por La Moncloa.

Rebelo de Sousa, como sus predecesores en el cargo, ejerce la representación de la República de Portugal, es el garante de la independencia nacional y de la unidad del Estado y garantiza el funcionamiento regular de las instituciones, como la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones legislativas. Además, ejerce de comandante supremo de las Fuerzas Armadas Portuguesas.

Lejos de España

Juan Carlos I abandonó España el 3 de agosto de 2020 para evitar que las informaciones sobre su fortuna detectada en el extranjero pudieran dañar la imagen de la Corona y la de propio su hijo, Felipe VI. El Rey emérito, en un comunicado remitido a los medios de comunicación señalaba que adoptaba su decisión para que el jefe del Estado realizara su función “desde la tranquilidad y el sosiego”.

El ex monarca no sólo no especificaba en su comunicado dónde pensaba fijar su nueva residencia, sino que, además, permaneció desaparecido durante unos días hasta que se filtró una fotografía de su llegada a Abu Dabi. El vuelo en un avión privado procedía de Galicia, donde había permanecido junto a su amigo Pedro Campos. Eso sí, en la nota pública ya adelantaba que su decisión era irse fuera de España.

Juan Carlos estaba dispuesto a fijar su residencia en Estoril, a escasos kilómetros de Lisboa, donde su padre Juan de Borbón se trasladó desde Suiza con toda la familia. El Rey emérito vivió junto a la playa de Tamariz hasta que Franco se fijó en él para restaurar la Corona en España, saltándose la línea sucesoria.

En contra de la opinión del presidente Rebelo de Sousa, el alcalde de Cascais -municipio al que pertenece Estoril-, Carlos Carreiras, declaró que estaban «con los brazos abiertos» en su ciudad para recibir el monarca español. Sus ciudadanos valoraban muy positivamente el hecho de que Juan Carlos I residiera durante su infancia y juventud en esa localidad portuguesa.

Dieciséis meses después de su “exilio”, en agosto de 2020, Juan Carlos I, como desveló este lunes OKDIARIO, ha mostrado ante sus amigos su arrepentimiento por haberse ido de España. También se lamentaba de su abdicación, que lo había dejado desguarnecido del parapeto judicial de la inmunidad. Lo pudo comprobar en la demanda que le presentó su ex compañera sentimental, Corinna Sayn-Wittgenstein, ante el Tribunal Supremo de Londres por acoso.

Antes de su salida de España, Juan Carlos I perdió por decisión de su hijo la asignación económica que le facilitaba el Estado, pero sí conservó el título honorífico de Rey, que le fue concedido por real decreto unos días antes de su abdicación en 2014.

Juan Carlos I siempre se ha opuesto a renunciar al título de Rey honorífico, que le otorga un cierto halo de inmunidad jurídica, aunque perduran una serie de lagunas legales. Esa condición le permite también el aforamiento ante el Tribunal Supremo.