Investigación
Operación Monaco

El jefe del CNI a Corinna sobre la ‘Operación Mónaco’: «Por supuesto, Su Majestad ha sido informado de todo»

  • Manuel Cerdán y Borja Jiménez

El director del CNI, Félix Sanz Roldán, le confesó a Corinna Sayn Wittgenstein que Don Juan Carlos, con quien la princesa alemana había mantenido una relación sentimental durante ocho años, estaba al corriente de todo el operativo desplegado en Mónaco para recuperar documentos comprometedores para el entonces Rey de España.

En un email remitido por el general a Corinna, el 17 de mayo de 2012, a las 17,33 y con el asunto “seguridad”, el general le aseguraba: “Por supuesto, Su Majestad ha sido informado de todo esto”.

Querida Princesa, Hemos llegado a saber, por varias fuentes y de distintas formas, que los servicios que hemos estado prestando tanto a usted como a su entorno (casa y oficina) desde hace algún tiempo, ya no son necesarios. Como podrás recordar, nuestro objetivo cuando nos involucramos en este asunto era evitar que cualquier extraño pudiera entrar en sus instalaciones, o pudiera intentar acercarse más de la cuenta o invadir su privacidad. Después de algún tiempo, estamos seguros de que ya no está bajo ningún tipo de vigilancia y de que no hay ninguna amenaza a su integridad física. Además, pese a que no tenemos acceso a sus sistemas informáticos, estamos seguros de que la empresa que está llevando su ciber seguridad (o seguridad informática) tiene un largo historial de efectividad sobresaliente. Por otro lado, hemos visto una constante sospecha por su parte y por parte de sus empleados con la actividad que nuestra gente necesitaba hacer en sus instalaciones. Entiendo sus sentimientos en este momento de su vida, cuando mucha de la gente que te rodea pueda intentar sacar algo de usted. Pero esa nunca ha sido nuestra intención. De todos modos, entiendo que nuestro deber ha sido cumplido, así que haré saber a la compañía de seguridad que, desde ahora, cualquier cosa relativa a su seguridad será tratada directamente con usted o con la persona designada para ello. Ya no estamos involucrados. Una última recomendación. Sería recomendable que, hasta el momento que mandes las cajas negras con los documentos al sitio que escojas, tengas un guarda de seguridad en su propiedad. Por su puesto, Su Majestad ha sido informado de todo esto. Mis calurosos recuerdos y consideración, P Bon.

Unas líneas antes le decía: “Como podrás recordar, nuestro objetivo desde el momento en el que nos implicamos en este asunto era evitar que cualquier extraño pudiera entrar en tus instalaciones o pudiera intentar acercarse más de la cuenta o invadir tu privacidad”.

Sanz Roldán se refería a la contratación de la empresa monegasca Algiz Security que hizo acto de presencia en la vida de Corinna el 22 de abril de 2012 para, supuestamente, ofrecerle protección de parte de “sus amigos de Madrid”, en referencia a los servicios secretos.

Desde aquella fecha y hasta mediados de mayo, la princesa alemana tuvo que soportar cómo invadían su intimidad en sus oficinas y residencia de Mónaco para recuperar los documentos que afectaban a la imagen de SM, con la excusa de que estaba recibiendo protección.

El 18 de mayo, el director del CNI, que se comunicaba nuevamente a través de un email con Corinna utilizando la falsa identidad de Paul Bon, le comentaba: “Es un placer para mí asegurarte que nosotros seguiremos cuidando de tus propiedades en Mónaco”. Y se despedía con “mis mejores deseos”.

El falso Paul Bon se dirigía a ella como “Querida Princesa”, una familiaridad que sólo podían adoptar en aquellos momentos SM o el general Sanz Roldán. El director del espionaje español conocía a la princesa alemana desde marzo de 2012, cuando el entonces Rey invitó a ambos a un almuerzo para que se conocieran, en la finca La Angorrilla de El Pardo, donde Corinna solía residir cada vez que viajaba a España.

«El Rey me ha pedido que contacte contigo por tu seguridad»

El 18 de mayo, Corinna recibió un nuevo mensaje en el que Sanz Roldán hacía referencia una vez más a Don Juan Carlos, que permanecía convaleciente del accidente de Botswuana: “Su Majestad me ha pedido que contacte contigo por lo de tu seguridad”, le comunicaba el director del espionaje español.

No era ni la primera ni la última vez que se ponía en contacto con la princesa alemana en nombre de SM. Ya el 27 de abril, unos días después de que los mercenarios de Mónaco iniciaran su tarea para apartar de la circulación los documentos comprometedores para el monarca, le decía: “He sido designado por Su Majestad para informarle sobre las acciones realizadas en los últimos días”. Y una vez más firmaba con el seudónimo Paul Bon.

En otro email anterior, en esa ocasión bajo la firma de John Smith, también el 27 de abril, el jefe de los espías le confesaba: “Su Majestad ha pedido mi opinión sobre tu aparición en los medios españoles como la exitosa mujer de negocios que eres. Pero nosotros te recomendados encarecidamente que NO lo hagas”.

Una vez finalizada la operación Mónaco por parte de los servicios secretos, Corinna tuvo la oportunidad de verse en persona una vez más con Sanz Roldán en Londres, en junio de 2012. Y aquella fue la última ocasión que se sentaba frente al emisario de Su Majestad.

La periodista Ana Romero, a la que la princesa alemana acusó de ser agente doble de Sanz Roldán, aportó en uno de sus libros una versión  edulcorada del viaje a Londres del jefe de los servicios secretos: “Corinna quedó tan contenta con el encuentro con el general que le escribió una carta a una amiga diciéndole que el viejo general de Uclés era ‘para comérselo’. Tan encantador le pareció… Salió de allí cuatro horas después con el pañuelo perfectamente colocado en la chaqueta y una nueva amiga llamada Corinna”.