Investigación
Comunidad de Madrid

Un Ibex 35 denunció a Rajoy en Moncloa las presiones de Ignacio González para pasar por caja

Un empresario del Ibex 35 que factura más de 7.000 millones de euros y se dedica al sector de la Construcción tuvo casi tanta culpa en la caída del todavía presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, como el dúplex marbellí desvelado por Esteban Urreiztieta y el arriba firmante el 20 de marzo de 2012. Este vip madrileño, miembro de una saga de lo que hoy día los cursis denominan “emprendedores” y toda la vida fueron “empresarios”, sufragó casi íntegramente la campaña electoral de mayo de 2011 en Madrid. La de unas elecciones que permitieron al PP conseguir la mayor victoria de la historia en unos comicios municipales y autonómicos en la Comunidad.

Este constructor siempre ha estado próximo al PP. Incluso su nombre ha figurado en las listas del caso Bárcenas y, desde luego, en los dimes y diretes de Juan Madrileño. Él siempre colaboró porque cree en el centroderecha liberal y porque, como es obvio, “no es lo mismo estar a buenas con el poder que a leches”. Todo iba sobre ruedas hasta la irrupción de Ignacio González en la Presidencia de la Comunidad en sustitución de Esperanza Aguirre en septiembre de 2012. El aterrizaje del nuevo rico político popular en Sol cambió las cosas. Lo que antaño era una relación impecable tornó en acoso palermitano.  “Me pedían a todas horas”, recuerda.

El caso es que él no dio su brazo a torcer. Había cumplido y de sobra con Génova 13 y no era cuestión de volverlo a hacer y menos en unas condiciones en los que aquello parecía más una película de Francis Ford Coppola que los usos y costumbres de una democracia civilizada. Harto no, lo siguiente, optó por jugársela y pedir hora con Mariano Rajoy en Moncloa. El presidente, que no es precisamente un fan del Ibex 35, aceptó gustoso la propuesta, entre otras razones, porque si algo tiene es que escucha a todo el mundo (aunque luego haga lo que le dé la realísima gana). El primer ministro no daba crédito cuando su interlocutor le relataba lo padecido ante esa máquina de pedir que es Ignacio González. Aquella tarde, el presidente regional quedó herido de muerte y sus posibilidades reducidas a la nada o a la menos nada. El dúplex más golfo que vieron los tiempos y los vínculos del multimillonario jefe del Gobierno madrileño con paraísos lejanos hicieron el resto.