Trump invita a la Casa Blanca al presidente argentino Macri, un viejo conocido del mundo empresarial

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Mauricio Macri, presidente de Argentina. (Foto: AFP)
Rafael Gallego

En su ronda de conversaciones con mandatarios internacionales Donald Trump ha dialogado telefónicamente también con el presidente de Argentina, Mauricio Macri, en la que han repasado «su histórica relación personal», según ha informado la Presidencia argentina. Macri le dijo que «espera verlo en Buenos Aires durante la cumbre del G-20, que se celebrará allí en 2018, a lo que Trump contestó que le gustaría recibirlo en la Casa Blanca antes de ese año».

El mandatario argentino felicitó al magnate por su victoria en las elecciones del 8 de noviembre, respondiendo Trump que «Argentina es un gran país y tendremos la más cercana relación entre nuestros países de la historia». Según se ha contado, el diálogo fue protocolario y cordial, en una llamada que se gestionó a través del yerno del presidente electo, Jared Kushner, responsable de las redes sociales durante la campaña electoral.

La leyenda del secuestro de Trump a Macri

Resulta curiosa la historia común entre Donald Trump y Mauricio Macri, ambos hombres de negocios en el pasado convertidos hoy en líderes políticos de sus respectivos países. El nexo se remonta a los años 70, y en el 91 Trump llegó a ser señalado como posible responsable del secuestro que sufrió el argentino, quien pasó dos semanas recluido en un improvisado búnker situado en la Avenida Juan de Garay 2882, en la metrópolis bonaerense.

Fue el padre del hoy presidente argentino, Franco Macri, quien sostuvo que el magnate estaba detrás del secuestro, que relató recientemente la periodista Natasha Niebieskikwiat en su obra ‘El Secuestro’. Según relata el libro, «el patriarca entró en la paranoia de que quien había ordenado el secuestro de su hijo había sido Donald Trump. El magnate lo había expulsado -al padre- de Manhattan, donde Franco había intentado meterse en negocios inmobiliarios y también aspiraba a una presa mayor, que era la recolección de la basura, un mundo de mafias, impenetrable, pero millonario y atractivo».

En la década de los setenta se suponía socios a Trump con los Macri en varios proyectos inmobiliarios, y el propio Mauricio Macri llegó a organizar uno de los viajes del magnate a Buenos Aires, una relación que finalizó con una pugna por un proyecto en la década siguiente que los Macri tuvieron que ceder a Trump prácticamente obligados por el Chase Manhattan Bank, que aseguró que sólo financiaría dicho proyecto urbanístico «a un emprendedor de trayectoria en el mercado».

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