Erdogan asegura que nadie le puede parar
La nueva etapa de la guerra en Siria continúa con los intensos combates llevados a cabo por Turquía contra las milicias y los locales kurdosirios en el noreste del país, ahora apoyados por el Ejército sirio y ruso, siguen su curso más allá de los encuentros diplomáticos. El fuego de artillería en las ciudades fronterizas de Ras al Ain y Tal Abiad no cesa a pesar de que Ankara aseguraba desde el fin de semana controlar ambos núcleos urbanos. La estratégica ciudad de Manbech, donde las fuerzas leales a Bachar al Asad se han desplegado tras llegar a un acuerdo con las milicias kurdas para intentar evitar el avance turco en la región, sigue siendo un punto de tensión importante.
Anoche, después de la salida de las tropas estadounidenses, las fuerzas sirias, junto a unidades de su aliada Rusia, entraron a la estratégica ciudad de Kobane, que Turquía busca dominar en el marco de su ofensiva lanzada el pasado día 9.
El presidente turco, Recep Tayip Erdogan, en su cruzada contra los kurdosirios y con una ambición territorial en mente, lo tiene claro: solo pondrá fin a la ofensiva si las milicias kurdas se desarman y se retiran de la franja de 30 kilómetros de ancho y 480 de largo que Ankara aspira a tener bajo control en el noreste de Siria. “Nadie puede pararnos”, aseguró desafiante este miércoles en el Parlamento turco.
El jueves se reunió con el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, que viajaron a Turquía para discutir la ofensiva turca en el noreste de Siria y promover un alto el fuego. Erdogan llegó a decir no estaba dispuesto a entrevistarse ellos porque “no son mis homólogos”, pero terminó por rectificar.
El miércoles llegó parte de la delegación estadounidense, con el asesor de Seguridad Nacional, Robert O’Brien, y el enviado especial para Siria, James Jeffrey, que se reunieron con el ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu.
La posición de EEUU sigue sin estar clara. Pese a intentar rectificar sobre la luz verde que el presidente Donald Trump le dio a Turquía luz verde para que ejecutara la ofensiva, con el anuncio del repliegue de sus soldados del territorio sirio, el desentendimiento por parte de Washington hacia los kurdosirios, aliados en el terreno para la derrota de Daesh, hace que ya haya quedado en evidencia. Su participación en el conflicto se ha producido en el marco de la coalición internacional contra Daesh, que EEUU lidera y que ha colaborado sobre el terreno con las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada encabezada por las milicias kurdas. Los medios rusos, escriben estos días que el error de Trump es una inesperada victoria de lotería para Rusia y que las acciones imprudentes de Trump fortalecieron la posición de Moscú en Oriente Medio.
La coalición internacional había anunciado esta semana su retirada y ahora se sabe que ha bombardeado una de sus bases en el norte de Siria y destruido un alijo de municiones, por orden del presidente estadounidense y debido a la aproximación de unidades del Ejército sirio que entraron en una ciudad cercana a la instalación.
El miércoles 16 se conoció que el mismo día que Turquía lanzó su ofensiva en el noreste de Siria, Trump le escribió a Erdogan diciendo que el presidente turco sería recordado como un «demonio» si avanzaba con la acción militar y le pedía negociar con él un «buen trato» sobre Siria. «La historia le verá de forma favorable si hace esto bien y de forma humana. Le verá por siempre como el demonio si no pasan cosas buenas. No sea un tipo duro. ¡No sea tonto!», escribió Trump en la misiva, que salió a la luz este miércoles. En respuesta, fuentes presidenciales turcas dijeron a la BBC: «El presidente Erdogan recibió la carta, la rechazó por completo y la tiró en la papelera».
Las marcadas divisiones en EEUU respecto a la decisión de Trump, incluso dentro de su mismo partido republicano, no cesan. La Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, aprobó el miércoles una resolución contra la decisión del presidente de replegar las tropas del norte de Siria. Ahora le toca hablar al Senado, de mayoría conservadora, si apoya la moción de que Trump deba firmar o vetar esa resolución.
Las hostilidades, mientras tanto, no se detienen. La Media Luna Roja kurda y la Media Luna Roja Internacional han registrado al menos 42 civiles muertos desde el inicio de la campaña turca, aunque cree que el número puede ser mayor dado que solo documentan los casos que tratan en sus hospitales.
Según esa organización no federada, hay 250.000 desplazados por la violencia, cifra que la ONU rebaja a 160.000, de acuerdo a los últimos datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), que alertó hoy de que el hospital de Tal Tamr, uno de los pocos operativos en las zonas de combate, ha recibido a cientos de víctimas y no dispone de suministros médicos suficientes.
De los desplazados, un millar ha huido a través de los pasos fronterizos hacia la región autónoma del Kurdistán iraquí, según las autoridades locales.
También se conoce que los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se reunirán el próximo día 22 en la ciudad rusa de Sochi para abordar la situación en Siria, informó el Kremlin. Moscú ha advertido que las tropas turcas no pueden penetrar más de cinco kilómetros en territorio sirio y se ha mostrado en contra de la presencia permanente de éstas en el país árabe. Rusia ha manifestado su preocupación por el agravamiento de la situación humanitaria a lo largo de la frontera turco-siria, como consecuencia de la operación militar lanzada por Ankara contra destacamentos kurdosirios.
Mientras tanto las fuerzas kurdas anuncian la suspensión de sus «actividades» contra Daesh, según confirmó el comandante de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), Mazlum Abdi, cuya organización es la principal alianza armada liderada por los kurdosirios.
«Ahora hemos suspendido nuestras actividades contra Daesh y no vamos a realizar ninguna actividad. Ahora estamos defendiéndonos de Daesg», aseguró Abdi en una extensa entrevista en kurdo con la cadena local Ronahi, cuya transcripción en árabe ha sido difundida por la agencia kurdosiria ANHA.
Desde el comienzo de la ofensiva turca en el noreste de Siria el día 9, Abdi reveló que al menos 205 civiles, la mayoría de ellos mujeres y menores, han muerto y alrededor de 300 han resultado heridos, mientras que 250 combatientes de las FSD han perecido. Esta es la primera vez que las FSD aportan una cifra total de víctimas desde el inicio de la campaña militar de Ankara.
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