El Papa se inclina por abolir la pena de muerte: «La dignidad no se pierde ni con el peor de los crímenes»

El Papa Francisco ha enviado un videomensaje a los participantes del VII Congreso Mundial contra la Pena de Muerte, que se celebrará del 26 de febrerp al 1 de marzo en Bruselas, en la que anima a abolir esta práctica en todo el mundo. "La dignidad de la persona no se pierde aun cuando se haya cometido el peor de los crímenes", avisa.

Papa Francisco
El Papa Francisco en la cumbre para tratar los abusos (AFP).

En este sentido califica las acciones para acabar con al pena de muerte como una «valiente afirmación del principio de la dignidad de la persona humana y de la convicción de que el género humano pueda afrontar el crimen, como también rechazar el mal, ofreciendo al condenado la posibilidad y el tiempo para reparar el daño cometido, pensar sobre su acción y poder así cambiar de vida, al menos interiormente».

Además, asegura que la Iglesia siempre ha defendido la vida y que su visión sobre la pena de muerte ha madurado. En este sentido, recuerda que ha querido que en el Catecismo de la Iglesia Católica fuese modificado este punto.

«Por mucho tiempo se tuvo en cuenta la pena de muerte como una respuesta adecuada a la gravedad de algunos delitos y también para tutelar el bien común. Sin embargo, la dignidad de la persona no se pierde aun cuando haya cometido el peor de los crímenes. A nadie se le puede quitar la vida y privarlo de la oportunidad de poder abrazar de nuevo la comunidad a la que hirió e hizo sufrir», ha alertado.

Por ello, invita a los gobernantes y a todos aquellos que tienen responsabilidades en sus países para que se den los pasos necesarios hacia la abolición total de la pena de muerte.» En nuestras manos está reconocer en cada persona su dignidad y trabajar para que no se eliminen más vidas, sino que se ganen para el bien de toda la sociedad», recalca.

A juicio del Pontífice, tanto para creyentes o no creyentes, cada vida es un bien y su dignidad debe ser custodiada sin excepciones. En definitiva, considera que la pena capital supone una «grave vulneración» del derecho a la vida que tiene toda persona.

Francisco reconoce que las sociedades y comunidades humanas han de enfrentarse con frecuencia a «delitos gravísimos» que atentan contra el bien común y la seguridad de las personas, pero precisa que hoy en día hay otros medios para expiar el daño causado, y los sistemas de detención son cada vez más eficaces para proteger a la sociedad del mal que pueden ocasionar algunas personas.

«Por otra parte, no se puede abandonar nunca la convicción de ofrecer incluso al culpable de crímenes la posibilidad de arrepentirse», asegura.

Finalmente, destaca que cada vez hay más países que apuestan por la vida y no utilizan más la pena de muerte, o la han eliminado completamente de su legislación penal.

Lo último en Internacional

Últimas noticias