Los ministros de Exteriores de Marruecos y España escenifican la buena relación entre ambas naciones

Arancha González Laya crisis
La ministra de Asuntos Exteriores española, Arancha González Laya y su homólogo marroquí, Nasser Bourita. Foto: EP

Arancha González Laya, ministra de Asuntos Exteriores de España, y su homólogo marroquí Nasser Bourita mantuvieron una reunión por videoconferencia para tratar diversos asuntos de interés para el reino marroquí y España. Ambos responsables diplomáticos manifestaron la buena sintonía existente entre ambas naciones, en la línea de lo que han venido manifestando las Jefaturas de Estado de los dos países.

Cabe recordar que incluso el rey de Marruecos, Mohamed VI, ha venido calificando a España como “socio natural” de su país demostrando la buena relación entre ambos vecinos del Mediterráneo.

En el marco de su entrevista en línea, Nasser Bourita y Arancha González Laya hicieron referencia a la próxima Reunión de Alto Nivel que está pendiente de celebrarse cuando lo permitan por fin las condiciones de la crisis sanitaria de la COVID-19. Este cónclave debería haber tenido lugar ya, pero por la pandemia se tuvo que suspender la visita del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, a tierras marroquíes.

Tanto Marruecos como España trabajan en la línea de reforzar la colaboración en diversos sectores clave como la economía, la cultura y la educación. Y en el encuentro telemático entre Bourita y González Laya se dejó claro también que ambas naciones quieren desarrollar y potenciar los vínculos entre las dos partes para aprovechar al máximo el despegue económico y comercial que se prevé cuando termine la actual pandemia del coronavirus o, por lo menos, cuando se relaje bastante su impacto.

Marruecos lleva meses trabajando para minimizar la afectación provocada por la crisis sanitaria, con restricciones y medidas importantes encaminadas a reducir los contagios y las muertes, junto con la planificación de una ambiciosa campaña de vacunación para inmunizar en el menor espacio de tiempo a la mayor parte de la población posible. Además, como ejemplo, en las últimas horas se conoció que el país norteafricano había restringido todavía las conexiones aéreas con determinados países, como Reino Unido o Turquía, para evitar una mayor propagación del patógeno.

España, por su parte, también sigue luchando contra la COVID-19 y está inmerso en una campaña de vacunación que trata de revertir el impacto del virus. Junto a ciertas medidas también restrictivas para evitar el ascenso de los contagios, a la espera de que una mejor situación pueda reactivar más la economía, y, sobre todo, un sector tan importante de cara al próximo verano como el turismo, gran fuente nacional de ingresos.

Los representantes de Exteriores de Marruecos y España también analizaron diversos asuntos de interés como la seguridad y la lucha contra el yihadismo, profundizando en la lucha contra el terrorismo en zonas clave como el norte de África y la región del Sahel. Ambas zonas de tremendo interés para los dos países ante el interés existente sobre que exista una mayor estabilidad regional para evitar el estallido de más conflictos y problemas asociados como la migración irregular.

Mención especial se hizo a Libia y su actual camino iniciado hacia la paz con las conversaciones entre las partes enfrentadas en la guerra civil libia de cara a llegar a acuerdos respecto a las instituciones del país y en relación con el acuerdo sellado para la celebración el próximo mes de diciembre de unas elecciones pactadas tras la designación del nuevo Gobierno libio con el nuevo primer ministro Abdul Hamid Dbeibah a la cabeza. Todo ello después de negociaciones que se llevaron a cabo en la propia Libia, en Egipto, en Suiza y en Marruecos, país este último que ha colaborado intensamente en propiciar la pacificación del país norteafricano.

En el encuentro telemático entre Nasser Bourita y Arancha González Laya también se hizo referencia al gran avance diplomático que se está dando en torno a la situación del Sáhara Occidental, cuya solución se vislumbra dentro de una forma de autonomía incluida en la estructura soberana de Marruecos. La mayor parte de la comunidad internacional aboga por el reconocimiento del Sáhara como una autonomía integrada en el Reino; sobre todo, a raíz del gran impulso que recibió esta fórmula con el apoyo expreso del anterior Gobierno de Estados Unidos de Donald Trump, que reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, al tiempo que el reino alauí establecía lazos diplomáticos con Israel, siguiendo los pasos de otros países árabes como Emiratos Árabes Unidos, Bahréin o Sudán, que reconocieron al Estado israelí gracias a unos pactos auspiciados por el gigante norteamericano.

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