Internacional

Kamala Harris y Pence protagonizan un debate más civilizado sobre la vacuna del Covid y el racismo policial

La candidata demócrata a ocupar la vicepresidencia de Estados Unidos en las próximas elecciones del 3 de noviembre, Kamala Harris, ha afirmado este miércoles durante el debate contra su oponente y actual vicepresidente, Mike Pence, que los republicanos «han perdido el derecho a la reelección» después del «histórico fracaso» que han protagonizado durante su gestión de la crisis del coronavirus. «El pueblo estadounidense ha sido testigo del mayor fracaso de cualquier administración presidencial en la historia de nuestro país», ha dicho Harris.

El cara a cara entre ambos fue la antítesis del bronco espectáculo que protagonizaron el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su oponente demócrata, Joe Biden, hace algo más de una semana. En esta ocasión, la propia moderadora del debate, la periodista del diario ‘USA Today’ Susan Page, les recordó antes de empezar que el país merece un debate «civilizado» y un intercambio de ideas «respetuoso».

La crisis del coronavirus ha dado el pistoletazo de salida a un debate celebrado en el Kingsbury Hall de Salt Lake City, Utah, en donde Pence y Harris, a diferencia de sus jefes, sí han presentado algunas propuestas y han mostrado una relación, cuanto menos, cordial pese al distanciamiento tanto en el trato, como a nivel físico, con la instalación de mamparas de plástico para evitar posibles contagios.

Por su parte, Pence ha salido al paso de estas acusaciones asegurando que Trump «siempre ha puesto por delante la salud de los estadounidenses» e hizo «más que ningún otro presidente» durante el inicio de la pandemia, poniendo como ejemplo la suspensión del tráfico aéreo con China, algo a lo que Biden, ha recordado, se opuso. «Hemos podido hacer millones de pruebas, hemos entregado miles de millones de suministros y equipos a nuestros enfermeros y médicos, y en febrero comenzamos a trabajar en el desarrollo de una vacuna, de la que tendremos millones de dosis listas para final de año», ha dicho.

Una vacuna que Harris ya ha anunciado que no aceptará si tan sólo cuenta con el aval del presidente Trump, y no con el de una amplia mayoría de la comunidad científica, citando concretamente al principal responsable científico en la lucha contra el coronavirus en Estados Unidos, Anthony Fauci.

Ambos sí han coincidido a la hora de no abordar cuestiones difíciles, como cuando se les ha cuestionado acerca de si los votantes deberían disponer de mayor transparencia en relación al estado de salud y la edad de ambos candidatos a la Casa Blanca, prefiriendo deslizar el debate hacia otros derroteros. «Si se quiere discutir sobre transparencia, hablemos de los impuestos de Trump», ha dicho Harris, quien ha acusado al presidente de no pagar impuestos y de arrastrar una deuda de 400 millones dólares, recordando un reciente artículo publicado por ‘The New York Times’. «Sería muy bueno saber a quién le debe dinero el presidente de Estados Unidos. El pueblo estadounidense tiene derecho a saber qué influye en sus decisiones. ¿Está tomando esas decisiones en función de los mejores intereses del país, o de su propio interés?», se ha preguntado.

Política exterior

Han sido varios los temas que se han abordado este miércoles en el Kingsbury Hall de Salt Lake City, entre ellos el de la política internacional, un escenario en el que ambos se han acusado de poner en riesgo la seguridad y la economía del pueblo estadounidense. Si bien Pence ha querido subrayar que bajo la Administración de Donald Trump se ha logrado «destruir» el «califato de Estado Islámico» y «derribar» a su líder, Abú Bakr al Baghdadi, Harris ha acusado al inquilino de la Casa Blanca de colocar al país «en una posición menos segura», después de retirar a Washington del acuerdo nuclear con Irán.

Harris también ha hecho referencia a la «victoria comercial con China» de la que han presumido los republicanos, afirmando que ese supuesto triunfo ha provocado la pérdida de 300.000 puestos de trabajo en Estados Unidos, así como un gran descontento entre los trabajadores del campo.

La cuestión racial y la violencia policial ha sido otro de los puntos del debate, después de varios meses de protestas por todo Estados Unidos contra los abusos y las muertes provocadas por las fuerzas del orden, esta cuestión se ha colado en la campaña electoral evidenciando, a priori, las diferencias entre ambas candidaturas.

Así, desde el Partido Republicano se ha vuelto a insistir en su total apoyo a las fuerzas del orden, censurando a los demócratas y a Biden de poner en duda la profesionalidad y la buena labor de la Policía, acusando a esta y otras instituciones del Estado de racismo.

Durante esta parte del debate se ha recordado a la médico de urgencias Breonna Taylor, una ciudadana afroamericana tiroteada en su propia casa por la Policía cuando entraron en ella confundiendo a su novio con otra persona y para la que Harris ha exigido «justicia».

«La familia de Breonna Taylor tiene nuestras simpatías, pero confío en nuestro sistema judicial. Esta suposición que asegura que Estados Unidos es racista y, tal como dijo Joe Biden, que la aplicación de la ley tiene un sesgo implícito contra las minorías, es un gran insulto para los hombres y mujeres que sirven en las fuerzas del orden», ha dicho Pence.

Impresiones de Trump y Biden

Para finalizar, ambos candidatos han apelado a la unidad del pueblo estadounidense a pesar de sus diferencias políticas, después de que la moderadora del debate les leyera un ensayo de un estudiante, que se preguntaba cómo era posible que los ciudadanos pudieran trabajar y relacionarse en armonía si republicanos y demócratas protagonizaban constantes encontronazos. «Aquí en Estados Unidos, podemos estar en desacuerdo, podemos debatir enérgicamente como la senadora Harris y yo, pero cuando el debate termina, nos unimos como estadounidenses», ha dicho Pence.