India se fija en el petróleo ruso
Entre lo más destacable que han provocado las sanciones políticas y económicas impuestas por Estados Unidos a la República Islámica de Irán en relación con los incumplimientos del acuerdo nuclear de 2015, sobre todo las relacionadas con el comercio del crudo iraní, está el viraje de India hacia la esfera de la Federación de Rusia. Las trabas a las exportaciones persas han afectado a la postura de uno de sus tradicionales destinos, India, que ahora ha fijado sus ojos en el ‘oro negro’ producido por Rusia para abastecerse ante las dificultades que atraviesan los iraníes.
El Gobierno de Nueva Delhi ha diversificado el origen de sus fuentes energéticas para pasar de un mayor suministro desde Teherán a otro nuevo provisto por Moscú.
En este sentido, la petrolera estatal india Indian Oil Corporation Limited rubricó un acuerdo con Rosneft, controlada por el Kremlin, de cara a que India obtenga hasta dos millones de toneladas de petróleo hasta finales de este año 2020. «Rosneft e Indian Oil Corporation Limited firmaron un contrato para el suministro de hasta dos millones de toneladas de petróleo a India a través del puerto de Novorossiysk para finales de 2020», indicó en un comunicado la compañía estatal rusa.
En la nota de Rosneft se explicó que el acuerdo fue sellado en una visita de su presidente, Igor Sechin, a la capital india de Nueva Delhi. Sechin se reunió en el país asiático con el ministro de Petróleo y Gas indio, Dharmendra Pradhan, y ambos trataron asuntos de calado como el de proporcionar a los consumidores indios materias primas y productos derivados del petróleo de calidad, y el consabido aumento de suministros de petróleo ruso a India.
Se establece por lo tanto un nuevo vínculo potencialmente provechoso para ambas partes. “Este es solo el comienzo”, señaló Dharmendra Pradhan a los periodistas congregados después de reunirse con Igor Sechin el pasado miércoles. Esta alianza emergente es muy significativa e importante dada la dimensión geopolítica y económica de ambos países. India es el tercer mayor consumidor e importador de petróleo del mundo y Rusia es el segundo mayor exportador mundial de crudo.
Ahora, con el bloqueo estadounidense que pesa sobre Irán, el régimen de los ayatolás se está viendo desplazado por Rusia como suministrador de una nación del peso de India. El país persa fue el tercer mayor exportador de petróleo a India en 2018, por detrás de Irak y Arabia Saudí, y ahora ve su rol puesto en peligro por las sanciones decretadas por el Gobierno norteamericano de Donald Trump.
El Ejecutivo de Trump impuso estas medidas contra Irán después de abandonar el acuerdo nuclear suscrito en 2015 junto con Francia, Reino Unido, Alemania, China, Rusia y la Unión Europea (UE), denominado Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés), por el que se limitaba el programa atómico iraní en relación con desarrollos militares o armamentísticos a cambio de beneficios políticos y financieros.
La Administración Trump tomó la determinación en 2018 de salirse del pacto al denunciar incumplimientos de términos de este por parte del Estado iraní y decidió imponer las referidas sanciones, destacando sobre todo las vinculadas al comercio del petróleo iraní (su principal fuente de ingresos).
Irán no se amilanó ante esto y amenazó con seguir comerciando con su crudo a pesar de las trabas, con bloquear el estrecho de Ormuz (principal zona de paso del comercio petrolero mundial) y con reducir al mínimo sus compromisos nucleares (sobre todo en lo respectivo al enriquecimiento de uranio y al tratamiento de agua pesada).
A partir de esta disputa, se empezaron a suceder episodios que amenazaban la estabilidad en Oriente Medio. Como incidentes contra buques cargueros en aguas del Golfo o ataques contra infraestructuras petrolíferas y aeroportuarias en Arabia Saudí (gran enemigo de Irán); unos actos de los que se acusó a Teherán o a agentes proiraníes en el plano internacional y que fueron negados por el propio país persa.
Actualmente, persisten las dudas en el seno de los países firmantes del JCPOA sobre el cumplimiento de los puntos de este por parte de Irán y está prevista una reunión de los miembros del acuerdo en febrero para analizar la situación actual.
Todo ello después de que Josep Borrell, alto representante de Política Exterior de la UE, visitase recientemente Irán y Estados Unidos para entrevistarse con el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, y con Mike Pompeo, secretario de Estado norteamericano.
En este escenario, India ha virado su punto de mira energético desde Oriente Medio a Rusia, lo que significa un movimiento más que importante; vinculado también a las dificultades existentes con el suministro desde Irak, nación en conflicto con Estados Unidos también por la presencia de tropas estadounidenses en territorio iraquí y por el enfrentamiento con la comunidad chií (de la que Irán es gran estandarte) después de la operación con drones que acabó con la vida de Qassem Soleimani, jefe de las Fuerzas Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán, en las inmediaciones del aeropuerto de la capital iraquí de Bagdad.
India se ha visto así en parte obligada a buscar nuevas fuentes de suministro energético fuera del área de Oriente Medio. Así, las importaciones de petróleo desde la región se redujeron del 65% del total de India en 2018 al 60% en 2019. El último contrato entre Indian Oil Corporation Limited y Rosneft es otro episodio del fomentado vínculo energético entre India y Rusia. Tras la visita del primer ministro indio Narendra Modi a Vladivostok en septiembre de 2019, las empresas de la nación de Asia sellaron varios acuerdos a largo plazo con socios rusos. De esta forma, la compañía india de gas GAIL firmó un contrato de Gas Natural Licuado (GNL) a 20 años con la gasista estatal rusa Gazprom; mientras que Coal India acordó comprar carbón de la compañía minera rusa FEMC.
El secretario de Relaciones Exteriores, Vijay Gokhale, destacó el gran avance en el sector energético tras la alianza con Rusia, remarcando que su país busca diversificar las fuentes de suministro siendo cada vez más “atractivo” adquirir petróleo y gas de Rusia, a pesar de ser una fuente de energía más alejada que la de Oriente Medio, lo que aumenta en teoría los costes de suministro.
Una relación entre Rusia e India que va más allá de lo económico y que alcanza otros sectores como el militar. De hecho, ambos países suscribieron un acuerdo para servir el sistema de defensa aérea ruso S-400 al Ejército de la nación india.
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