Internacional
El Papa y las deportaciones

EEUU, molesto con el Papa: «Cíñase a la Iglesia Católica, déjenos el control fronterizo a nosotros»

EEUU reprocha al Papa que le critique por querer mantener el control de su política migratoria

  • María Ruiz
  • Portadista. Especialista en 'breaking news' y noticias de nacional, sociedad e internacional.

El Gobierno de Donald Trump no ha tardado es responder a las consideraciones del Papa Francisco de que las deportaciones masivas en Estados Unidos «lastiman la dignidad de muchos hombres» y no ha contestado de forma muy amigable. Y es que el Papa Francisco ha instado a la Iglesia de EEUU a «no ceder ante las narrativas que discriminan y hacen sufrir innecesariamente a nuestros hermanos migrantes y refugiados».

Tom Homan, responsable del control de las fronteras de la Administración Trump, ha respondido a las críticas del Papa Francisco sobre las políticas migratorias pidiendo que se ciña sus asuntos a la Iglesia Católica.

«Cíñase a la Iglesia Católica, déjenos a nosotros el control de las fronteras», ha dicho Homan este martes desde la Casa Blanca cuando le han preguntado los medios de comunicación.

El llamado zar fronterizo de la Administración ha reprochado que el Papa pretenda criticarles por querer mantener el control de su política migratoria, mientras «él tiene un muro alrededor del Vaticano», informa la norteamericana CNN.

En las últimas horas, Francisco se ha mostrado muy crítico en una carta enviada a los obispos estadounidenses con el plan de deportaciones masivo puesto en marcha por el presidente Trump nada más volver a la Casa Blanca el pasado 20 de enero.

En una carta enviada a los obispos de EEUU, en un gesto poco frecuente, el Papa Francisco afirma que «el acto de deportar a personas que en muchos casos han dejado su propia tierra por motivos de pobreza extrema, de inseguridad, de explotación, de persecución o por el grave deterioro del medio ambiente, lastima la dignidad de muchos hombres y mujeres, de familias enteras, y los coloca en un estado de especial vulnerabilidad e indefensa».

Por ello, exhorta «a todos los fieles de la Iglesia católica, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a no ceder ante las narrativas que discriminan y hacen sufrir innecesariamente a nuestros hermanos migrantes y refugiados».