Internacional
región centro y sudamericana

EEUU despliega ocho buques de guerra cerca de Venezuela: ¿preludio de acción militar?

En Venezuela, Maduro ha respondido liberando a presos políticos y reforzando la presencia de milicias civiles

Desde EEUU se ha señalado que su presencia se mantiene dentro de las aguas internacionales

El rugido de los motores de ocho buques de guerra estadounidenses se hace sentir en aguas del Caribe y el Pacífico, mientras la flota se desplaza rumbo a la región centro y sudamericana. Nunca en años recientes se había visto un contingente de esta magnitud en estas latitudes, y la decisión ha despertado alarma en Caracas. Los movimientos navales se producen en un momento de alta tensión política, con Venezuela bajo la mirada de Washington por supuestas vinculaciones con el narcotráfico.

La operación ha sido calificada por un funcionario de defensa, que pidió anonimato, como una misión antinarcóticos reforzada, destinada a interceptar cargamentos ilegales y llevar a cabo detenciones selectivas en alta mar. Esta maniobra llega semanas después de que la Casa Blanca evaluara medidas más agresivas, incluyendo la posibilidad de emplear fuerza militar directa contra cárteles de la droga, lo que supondría un aumento sin precedentes de la intervención estadounidense en la región.

Entre los buques enviados se encuentran tres destructores equipados con destacamentos de la Guardia Costera y agentes de seguridad, dos buques de transporte y un buque de asalto anfibio con más de 2.500 infantes de marina, un crucero y un buque de combate litoral.

Buque anfibio para desplegar helicópteros

Cada nave aporta capacidades específicas: los destructores y el crucero cuentan con sistemas de vigilancia y misiles de largo alcance, mientras el buque anfibio puede desplegar helicópteros y fuerzas terrestres para operaciones rápidas, como ha señalado tanto en el número de navíos enviados como sus características The Washington Post.

Aunque la Armada estadounidense no ha precisado las coordenadas exactas de sus patrullas, fuentes militares aclaran que los destructores «no se encuentran frente a las costas de Venezuela» y que su presencia se mantiene dentro de las aguas internacionales. Sin embargo, la acumulación de buques ha generado especulación sobre posibles acciones contra Caracas.

Expertos advierten que la flota estadounidense ofrece una variedad de opciones tácticas, desde patrullas de interdicción hasta ataques limitados con misiles, aunque la Casa Blanca ha reiterado que no busca un cambio de régimen y que cualquier acción militar directa se evaluará cuidadosamente.

Vuelos de deportación

Mientras tanto, el despliegue naval coincide con la continuación de vuelos de deportación hacia Venezuela, en coordinación con las autoridades locales, y con la reciente renovación de permisos para que Chevron reanude operaciones petroleras en el país, una señal de que Washington también persigue intereses económicos estratégicos.

Carolina Jiménez Sandoval, presidenta del grupo de expertos Washington Office on Latin America, interpreta los movimientos como un intento de presionar políticamente a Maduro, más que como un anuncio de intervención inmediata. Geoff Ramsey, del Atlantic Council, coincide: «Maduro sabe que no habrá acción militar directa a corto plazo, pero ambos bandos proyectan fuerza mientras se evalúan las opciones estratégicas».

En Venezuela, Maduro ha respondido liberando a presos políticos y reforzando la presencia de milicias civiles, proyectando una imagen de control y preparación frente a la posibilidad de una confrontación directa. La región observa con preocupación: el Caribe y Sudamérica podrían convertirse en escenario de una tensión militar que hasta ahora se había mantenido en el terreno diplomático y policial.