Cuba reafirma su apoyo a Venezuela pese a la presión de EEUU

El presidente de Cuba Miguel Díaz Canel ha asegurado que su Gobierno va a seguir apoyando al de Nicolás Maduro. Así lo manifestó este viernes durante el acto con motivo de la celebración del Día de la Rebeldía Nacional a pesar de la presión que Estados Unidos ejerce sobre el archipiélago.

«Ignorantes de la historia y los principios de la política exterior de la Revolución cubana, nos proponen negociar una posible reconciliación a cambio de que abandonemos el curso escogido y defendido por nuestro pueblo; nos sugieren traicionar a los amigos, echar al cesto de la basura 60 años de dignidad», ha señalado.

En esta misma línea ha explicado que Venezuela está siendo «cercada, robada, y asaltada literalmente con la aprobación o el silencio cómplice de otras naciones poderosas y lo que es peor, con la vergonzosa colaboración de gobiernos latinoamericanos».

Por esta razón ha realizado un llamamiento para que la revolución se convierta en una batalla por la defensa y que permita «romper al enemigo el plan para destrozarnos y asfixiarnos».

«Hoy denuncio ante el pueblo de Cuba y el mundo que la Administración de los Estados Unidos ha comenzado a actuar con mayor agresividad para impedir la llegada de combustible a Cuba», ha lamentado.

Por otra parte ha subrayado las distintas acciones con las cuales se trata de «impedir el arribo a puertos cubanos de los tanqueros, mediante amenazas a compañías navieras o a los gobiernos de los países donde están registrados los buques y a las empresas de seguro.»

Por último, Díaz-Canel ha insistido en que Cuba no ha renunciado a su aspiración de construir una relación «civilizada» con Estados Unidos, aunque sí que ha pedido que esta relación esté basada «en el respeto mutuo a nuestras profundas diferencias». «Cualquier propuesta que se aparte del respeto entre iguales no nos interesa», ha sentenciado el mandatario cubano.

Estados Unidos sancionó a más de 100 compañías cubanas, impuso restricciones de viaje más estrictas a sus ciudadanos y puso en vigor una ley de 1996, que permite a los cubano-estadounidenses demandar a compañías extranjeras que usan propiedades nacionalizadas tras la Revolución de 1959.