El CNI investiga a los traductores afganos para evitar la entrada de terroristas en España

• Alfonso Egea @Alfonso_Egea
• Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.
• • 17/08/2021 06:45
  • Actualizado: 17/08/2021 12:15

Se habla mucho de los 200 traductores afganos, pero en 20 años de misiones en Afganistán la red de colaboradores locales del Ejército español y de otros países es mucho mayor. Ojo, y sus familias. Ahora hay que hacer un seguimiento de todos y cada uno de ellos para evitar que la información que tienen suponga un peligro para ellos o para nuestro país. Además del interés humanitario de ayudar a estas personas en recompensa de sus servicios prestados, la Inteligencia española no puede bajar la guardia y no olvida que algunos ataques sufridos en el pasado por fuerzas españolas tuvieron su simiente en la información en poder de la red de colaboradores locales.

La evacuación de Afganistán se ha precipitado ante el avance imparable de las fuerzas de los talibanes del país toda vez que el ejército afgano se haya visto incapaz de poner en práctica el adiestramiento recibido por Estados Unidos para evitar este escenario cuando los americanos y sus aliados abandonaran el país. Allí quedan todavía europeos que serán evacuados bajo cobertura militar, pero dos décadas de misión militar en un país han dejado además una enorme red de colaboradores locales que a ojos de los talibanes son vistos ahora como traidores que pueden acabar pagando con su vida haber ayudado a las fuerzas de ocupación occidentales.

España también ha contado con la colaboración de afganos que han realizado labores de apoyo al Ejército español y ahora ese personal debe ser evacuado y recibir asilo en nuestro país. Pero esa obligación humanitaria no puede reñir con la Seguridad Nacional de nuestro país. Por eso el CNI trabaja a marchas forzadas para evitar que la acogida masiva de ciudadanos afganos no sea usada por redes terroristas para entrar en España como ha sucedido en otros flujos masivos de personas como la inmigración ilegal, por ejemplo.

Además, se trata de personal que maneja información sensible de nuestras Fuerzas Armadas y que por su ocupación ha tenido acceso a información restringida que puede ser utilizada contra nuestros propios intereses. Chema Gil Garre, profesor colaborador en Seguridad del Centro Universitario ISEN de Cartagena, explica a OKDIARIO la importancia de controlar este proceso. “La trazabilidad de estos individuos deviene de toda la información que hayan obtenido compartiendo misiones con nuestros efectivos. En 2014 y 2015 España ya trajo a muchos de sus traductores y pagó dinero a aquellos que decidieron quedarse. El filtrado es fundamental porque el tiempo ha demostrado que los talibanes tenían mucha información de quiénes eran nuestros colaboradores en la zona”.

No bajar la guardia

Gil Garre no tiene dudas: los que pasen el filtrado de Inteligencia deben ser recibidos en asilo, pero quien no lo haga, no puede convertirse en un riesgo para la Seguridad Nacional. “No podemos olvidar que han sido traductores o elementos de ayuda local los que, lamentablemente nos han traicionado en otras ocasiones. Hay que recordar el ataque contra la embajada de Kabul”. Gil Garre se refiere al ataque sufrido en 2015 que acabó con la vida de 10 personas, entre ellas dos policías nacionales del GEO. La investigación apuntó a que los atacantes contaron con información local sobre la seguridad de la embajada.

“En la situación en la que nos encontramos allí ahora mismo es imposible hacer una operación de cribado en condiciones. Estamos escapando del país. Hace un mes algunos analistas decíamos que había que sacar a los nuestros de allí y nos llamaron alarmistas. Desgraciadamente el tiempo nos da la razón, así que ahora lo que hay que hacer es evacuar, sí, pero traer al personal local no es lo mismo que dejarlo aquí sin un estudio detallado de si suponen un riesgo potencial o no”.

Otras fuentes de Inteligencia, estas reservadas, muestran su malestar ante la situación en Kabul. “El dispositivo de seguridad de la embajada es demasiado pequeño como para organizar una evacuación de estas dimensiones y lo lógico es dar prioridad a la evacuación, pero no podemos permitir no ser rigurosos con quien sube en nuestros aviones. Los talibanes ajustarán cuentas con los colaboradores de los ejércitos que hemos estado allí y con sus familias y no podemos permitir que esa presión se pueda usar en nuestra contra”, sentencia la citada fuente.

Fuentes policiales explican a OKDIARIO que la Embajada de Kabul está protegida por 5 GEOS, 4 agentes de las UIP y personal local. “Este dispositivo no puede ocuparse en solitario de coordinar una evacuación y al mismo tiempo reportar sobre la red de colaboradores afganos. En esta situación las prisas sólo pueden transformarse en una brecha de seguridad y eso no nos lo podemos permitir”.