Internacional

Castro desafía a un periodista junto a Obama: «Déme la lista de presos políticos y los suelto a todos»

La rueda de prensa conjunta entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el dictador cubano, Raúl Castro, ha vivido un grave momento de tensión que evidencia la realidad del desequilibrio en el llamado deshielo entre ambos países. El hermano de Fidel se ha enfrentado a un periodista que le ha preguntado por los presos políticos: «Déme la lista, dígame quiénes son y los suelto a todos».

Raúl Castro ha desmentido en tono desafiante este lunes que Cuba mantenga en la cárcel a quienes piensan distinto al régimen comunista que gobierna la isla con mano de hierro desde enero de 1959.

«Está bien. ¡Es la única que le voy a permitir! Déme la lista ahora mismo de los presos políticos para soltarlos, menciónela ahora», le ha respondido Castro, visiblemente agitado, a un periodista que le había preguntado sobre el tema. «Si hay esos presos políticos, antes de que llegue la noche van a estar sueltos», ha agregado.

«Espíritu de apertura»

Sin embargo, el presidente Obama –el primer jefe de Estado norteamericano en visitar la isla desde hace 88 años– trataba de distender el ambiente haciendo hincapié en los mensajes de «un nuevo comienzo» que ha llevado a su cambio de postura histórico respecto a Cuba desde diciembre de 2014. Así, incluso ha elogiado el «espíritu de apertura» de Castro.

Esas palabras le han valido el elogio de Castro, quien ha saludado el apoyo que ha dado Barack Obama al fin del embargo estadounidense contra la isla comunista. «Reconocemos la posición del presidente Obama y su gobierno ante el bloqueo y sus reiterados llamados al Congreso para que lo elimine. Las últimas medidas [de alivio al embargo, decididas por Obama] son positivas pero no suficientes», aseveró Castro.

«Devuelvan Guantánamo»

Castro ha continuado su tono desafiante, esta vez con su huésped. A la insistencia en que «para que pueda haber relaciones normales», Estados Unidos debe eliminar el bloqueo comercial, económico y financiero sobre la isla, «que tiene efectos disuasorios e intimidatorios de alcance extraterritorial», además de «consecuencias negativas para Cuba», ha unido la exigencia de la devolución del territorio que Estados Unidos mantiene como base militar en la Bahía de Guantánamo.

«También será necesario que se devuelva el territorio ilegalmente ocupado por Estados Unidos en Guantánamo», ha incidido, aunque Washington ha aclarado varias veces que este tema no forma parte de las negociaciones con La Habana. Castro ha señalado que ésos «son los dos grandes obstáculos», de modo que «su eliminación será esencial para normalizar las relaciones bilaterales».

La Administración Obama ha recalcado en numerosas ocasiones en que Estados Unidos no tiene ninguna intención de entregar ese territorio a las autoridades cubanas. Sin embargo, los expertos sí que tienen dudas de las verdadereas intenciones del presidente Obama.

La opinión de los expertos

Así, Jaime Suchlicki, director del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de Miami, considera que la reciente orden de la Casa Blanca para iniciar el proceso de cierre del centro de detenciones que mantiene en la base no es sólo el cumplimiento de una de las promesas electorales clave de Obama, sino que puede ser un anticipo de algo más: «La salida de los presos de Guantanamo puede ser un preludio para entregarle la base a Cuba».

Para Suchlicki, esto sería un escándalo, pues es evidente que en Cuba las libertades son una quimera. «No hay ninguna», responde escueto. Y así explica sus argumentos: «Retornar la base a Cuba se vería como una traición a la comunidad cubanoamericana».

Obama está pisando el acelerador en el fin de su mandato, insistiendo en dejar un legado histórico tanto con Irán como con Cuba. Esto estaría poniendo a su presumible sucesora en la nominación demócrata en un brete difícil de superar. «No creo que los demócratas puedan ganar con Hillary», apunta el experto. Curiosamente, los pasos más decididos de un mandato que hasta hace unos meses pasaba como el de las grandes promesas incumplidas o sólo a medias, pueden ser los que den la victoria al Partido Republicano, con un discurso nítido y monolítico en este aspecto.

Obama, por su parte, no ha sido capaz de afearle a Castro en la rueda de prensa que su dictadura cercena las libertades de los cubanos, y en lugar de pronunciar el término «presos políticos» ha jugado con el eufemismo: «me he reunido con personas que habían sido objeto de detenciones arbitrarias». Es más, el presidente de EEUU ha elogiado los «buenos resultados» de la presunta apertura del régimen, limitándose a pedir «más esfuerzos».

Esa equidistancia puede ser muy bien aprovechada por quien probablemente acabe midiéndose a Clinton en la carrera definitiva al a Casa Blanca, Donald Trump. El magnate si por algo destaca es por su capacidad por enviar mensajes nítidos y sin doblez. Y en lo tocante a Cuba ya ha dejado claro que revertirá todo el «deshielo» de Obama. Así, para el experto cubanoamericano, «el más preferible de los republicanos era Marco Rubio», recientemente retirado de la contienda, tras caer con estrépito en su estado de Florida.

Ahora, tanto la parte discutible en lo político como la buena en lo económico que ha supuesto el acercamiento entre Obama y los Castro penden del hilo de las urnas del primer martes después del primer lunes de noviembre. Quizás todo lo que estamos viendo en este viaje, dentro de un año, lo recordemos como un teatro.