La Cámara de Representantes de EEUU aprueba nuevas sanciones contra Rusia por su injerencia
La Cámara de Representantes de Estados Unidos ha aprobado este martes, por aplastante mayoría, un proyecto de ley que impone nuevas sanciones a Rusia, Irán y Corea del Norte, y que ahora será elevado para votación en el Senado.
El texto del proyecto de ley justifica las sanciones a Rusia por su supuesta interferencia durante la campaña electoral estadounidense del año pasado, así como la anexión de Crimea y las injerencias en Ucrania. En tanto, las sanciones a Irán y Corea del Norte se deben a sus programas de armamentos.
La propuesta fue aprobada por 419 votos a favor y 3 en contra. De acuerdo con el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, el paquete se propone «ajustar las clavijas con relación a nuestros más peligroso adversarios para mantener seguros a los estadounidenses».
El consenso es casi total en el Capitolio, donde Moscú cuenta con muy pocos aliados. El Senado, de mayoría republicana, aprobó en junio, por 98 votos contra 2, la nueva batería de sanciones. Este texto pasará luego otra vez a la cámara alta para su aprobación definitiva, probablemente antes de mediados de agosto.
La propuesta es amplia e incluye también sanciones contra Irán, especialmente contra los Guardianes de la Revolución, acusados de respaldar el terrorismo, y Corea del Norte, por sus pruebas nucleares.
El texto prevé un punto inédito que molesta particularmente a la Casa Blanca: los parlamentarios podrán impedir que el presidente, quien ha dicho que se lleva «muy, muy bien» con el líder ruso Vladimir Putin, eventualmente suspenda las sanciones contra Moscú.
Frente a la presión parlamentaria, la portavoz de la Casa Blanca dio a entender el domingo que el presidente aceptaría el proyecto y no lo vetaría. Pero estaba menos confiada el lunes: «Seguirá de cerca la ley de cerca y esperará a ver cuál es el producto final».
Pero incluso si la veta, el Congreso tendría la fuerza para levantarlo, con un nuevo voto de la mayoría de dos tercios.
La decisión unilateral molesta en Europa
De París a Berlín, pasando por Bruselas, la iniciativa del Congreso estadounidense causa molestia porque es unilateral, sin coordinar con la Unión Europea, como había sido hasta ahora el caso en las sanciones a Rusia.
La ley podrá además sancionar a empresas europeas que trabajen en oleoductos provenientes de Rusia, y que en consecuencia podrían verse impedidas de presentarse a licitaciones públicas en Estados Unidos.
«La unidad del G7 respecto a las sanciones es de importancia primordial», dijo el lunes la portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas.
Schinas recordó además que el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, había dicho en la reciente cumbre del G20 que la Unión Europea está lista para responder. Los estados miembros discutirán precisamente una respuesta durante una reunión el miércoles en Bruselas.
Hasta ahora, Washington y Bruselas habían fijado una línea roja, subrayando que ninguna sanción afectaría el aprovisionamiento energético de Europa.
En una aparente concesión, la cámara baja ligeramente modificó el lunes un artículo de manera que solo está dirigida a los oleoductos cuyo origen está localizado en Rusia, dejando fuera de sanciones a los que se originan de Kazakstán y solo atraviesan por territorio ruso.
El proyecto tampoco ha caído bien en el Kremlin, que advirtió que las sanciones dañan «los intereses de nuestros dos países»