Así marchan las encuestas a 102 días de las elecciones en EEUU: Trump aventaja en 1,9 puntos a Harris
Trump aventaja en dos décimas con 1,9 puntos a Harris respecto al día anterior
El ex presidente de Estados Unidos Donald Trump, candidato republicano, ha aumentado ligeramente su ventaja sobre la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, en la media de las encuestas generales en la carrera presidencial en EEUU, que se han publicado este jueves. Trump aumenta en dos décimas con 1,9 puntos su ventaja sobre Harris respecto al día anterior, cuando obtuvo 1,7, retratando el sentir general del país a menos de cuatro meses de las elecciones presidenciales.
Trump disfruta de más margen en diferentes encuestas de EEUU, entre las que destaca la del periódico liberal neoyorquino NYTimes/Siena, donde el republicano tiene un punto de ventaja. Mientras, en Rasmussen Reports, que tradicionalmente pregunta a votantes independientes, el candidato republicano tiene siete puntos de ventaja respecto a Kamala Harris. En el estudio de CNN, tres. Es sólo en la encuesta de Morning Consult, donde Kamala disfruta de una ventaja de un punto.
En la media de encuestas generales al Congreso de EEUU, los republicanos van por delante 0,4 puntos, que de ganar Trump las elecciones presidenciales, deberían beneficiarse del impulso del candidato presidencial a la Casa Blanca.
Mientras, Joe Biden en la media de las encuestas generales del índice de aprobación como presidente está en terreno negativo en EEUU: tiene -16,3 puntos. El 40,4% aprueba su trabajo como presidente frente al 56,7% que lo desaprueba. Entre sus números, destacan los días posteriores al desastroso debate, que se encontraba con -28 puntos, datos que hicieron movilizarse al Partido Demócrata hasta que consiguieron que anunciase su retirada, como hizo el pasado domingo.
El país va por mal camino
Kamala Harris se verá perjudicada por la mala percepción que tienen los votantes estadounidenses de cómo va el país. Según la media de las encuestas generales de EEUU sólo el 22,9% piensa que Estados Unidos va en la dirección adecuada. Mientras, el 66,7% considera que va en una mala dirección.
Estos números se examinarán en los próximos días por el Partido Demócrata, lo cual puede hacerles decidir que Joe Biden no haga campaña con Kamala Harris para intentar conseguir que los votantes no la asocien con el presidente demócrata, a pesar de que ha sido su vicepresidenta. Una estrategia similar a la que intentó seguir Hillary Clinton en 2016, cuando Bill Clinton no hacía nada más que alejar a cierto sector del electorado.
De momento, Kamala Harris no es la candidata oficial todavía del Partido Demócrata. En cambio, desde que el presidente Joe Biden abandonó su candidatura a la reelección y pasó el testigo a Kamala Harris, se le empieza a considerar la sucesora de Biden en esta carrera.
Esta competición ha roto con la tradición en lo que son este tipo de contiendas tras forzar los grandes donantes y congresistas del Partido Demócrata el abandono de Biden, debido a sus problemas mentales y cognitivos, al que veían incapaz de ganar a Trump, reforzado después del atentado que sufrió el 13 de julio en Butler (Pensilvania).
Durante los próximos días, los republicanos empezarán a explotar los puntos débiles de Harris en una carrera, que se aleja de ser un maratón y se acaba de convertir en un sprint.
Harris, excelente litigante, tiene problemas como oradora al pronunciar discursos, ya que se le da mejor el contraataque dialéctico. Hará apariciones limitadas perfectamente orquestadas por el Partido Demócrata.
La vicepresidenta sigue teniendo altos índices negativos en las encuestas, debido a que le será imposible desvincularse de una administración históricamente impopular. En cambio, Donald Trump es un excelente orador que sabe cómo conectar con los votantes.
La base republicana sigue entusiasmada por la Convención Nacional Republicana de Milwaukee (Wisconsin), donde Donald Trump apareció por primera vez desde que sufrió en Butler (Pensilvania) el atentado. Quedará en la retina de los votantes la imagen de unidad del Partido Republicano, mientras los demócratas sólo ofrecieron durante esos días caos en su partido.
Kamala Harris ha recibido ya el apoyo de los principales líderes del partido y su equipo de campaña asegura que ya salen los números para asegurar su nominación en la Convención Demócrata el próximo mes de agosto, pero sí resulta llamativo el silencio de Barack Obama, que sólo ha dicho que espera que «emerja un gran candidato».
Los momentos clave
Hay que señalar que estas encuestas muestran las preferencias a escala nacional, señalando las tendencias de cada candidato. Dado el sistema electoral estadounidense, donde cada aspirante se lleva el total de escaños en juego en cada estado sea cual sea la diferencia, el resultado final de las elecciones puede depender finalmente de un puñado de estados clave, como pueden ser Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Arizona, Georgia o Nevada, lugares donde Biden se impuso a Trump en 2020 y que el republicano aspira ahora a recuperar.
La precampaña electoral en Estados Unidos ha vivido tres momentos clave. El primero llegó el pasado 27 de junio: el debate electoral. Trump y Biden llegaban virtualmente empatados a su cita. El ambiente era el de que podía ser uno de esos debates que deciden elecciones, y desde luego que lo fue, hasta el punto de que al presidente le costó la reelección. La puesta en escena de Biden, que replicó la imagen que en tantas ocasiones ya había exhibido en el pasado -con despistes, incómodos silencios-, acompañada de una voz rota -que su equipo achacó a un constipado- hizo que su futuro electoral explotase. Aquella actuación fue el pistoletazo de salida a una campaña a la que se sumaron voces demócratas tales como senadores, celebridades, donantes, pidiendo que se retirara. Cuando quien fuera su jefe durante ocho años en la Casa Blanca, Barack Obama, se unió y le pidió que abandonase, Biden -molesto con él desde ese momento- empezó a comprender que no había otra salida.
El 13 de julio llegó el segundo momento para la historia, cuando un individuo, Thomas Matthew Crooks, logró sortear la vigilancia del Servicio Secreto y, desde una azotea, disparó varias veces contra Donald Trump, alcanzándole en una oreja y matando a un asistente al mitin del candidato. Trump salvó la vida, y aún le dio tiempo a protagonizar una imagen ya icónica al levantarse, haciendo fuerza entre los guardaespaldas que se esforzaban por apartarlo del atril, y gritar: «¡Luchad!». A partir de ese momento, el camino de Trump hacia la Casa Blanca se allanó, siendo su regreso cada vez más factible.
Así, hasta que el domingo 21 de julio, llegamos a la tercera fecha clave: Joe Biden anunció públicamente su renuncia, admitiendo que «es lo mejor para mí y para el país». El aún presidente hasta el próximo mes de enero acabó dando su brazo a torcer y se retiró de la carrera electoral sin intentar buscar la reelección.
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