¿Cómo se hace?
Manualidades

Cómo hacer flores con cintas de raso paso a paso

Una simple cinta de raso te servirá para hacer bonitas flores. Sigue nuestra guía de pasos y sabrás cómo hacer flores con cintas de raso, para decorar o para adornar regalos.

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Las flores son uno de los elementos más frecuentes en cualquier tipo de decoración, y aunque casi siempre se intentan usar las naturales, en ocasiones es imposible utilizarlas por las circunstancias que rodean a un evento. En ese caso, lo mejor es apostar por unas flores artesanales como hacer flores con cintas de raso.

Lo interesante es que puedes hacer tus propias con papel o, en este caso, con cintas de raso. Creemos que se trata del material más conveniente por su resultado, además de su muy buena conservación, que es un asunto indispensable si van a exhibirse durante horas.

Cuando las tengas listas, podrás unirlas con unas puntadas o pegamentos, así que no hace falta que queden sueltas, sino que puedes hacer tus ramos. Todo dependerá del objetivo que persigas.

Cómo hacer flores con cintas de raso paso a paso

Una vez que hayas comprado la cinta de raso, tienes que cortar tiras de aproximadamente 30 centímetros. Debes ser lo más creativo posible al seleccionar tanto el color como el patrón de la cinta, porque de ello dependerá el resultado, así que intenta que sea en tonos rojos, rosas, blancos, etc. Y si tiene algún patrón, que éste guarde relación con el lugar que van a ocupar.

Por otro lado, ten en cuenta que cuanto más gruesa sea la cinta, mayor será el tamaño del adorno.

Con todas las tiras de 30 centímetros dispuestas sobre una mesa o superficie plana, vas a tomar una de ellas, utilizando una aguja para pasar el hilo a través de uno de sus extremos, de la misma forma en que colocamos las cortinas en la barra. Tienes que pasar la aguja y el hilo por dentro y fuera del tercio superior de la cinta. No debes cortarlo aún, ya que eso te permitirá corregir más tarde la puntada.

Acto seguido, continúa pasando la aguja y el hilo hacia y desde el interior y el exterior de la cinta. Cuando llegues al otro extremo, coges el hilo que atraviesa la cinta para provocar el efecto plisado. Se formará entonces una especie de racimo, con un aspecto muy semejante al de una flor.

Para asegurarla, haz un nudo con el hilo pero, antes de cortar, fíjate que haya un excedente mínimo para que sea doble. Junta la cinta lo más que puedas, corta el hilo y completa la segunda parte del nudo doble.

Finalmente, pega los extremos de la flor con pegamento en el lado interno, como si estuvieran recogidos. Pasados unos minutos, cuando el pegamento haya actuado, tendrás tu ornamento listo para decorar.