¿Cómo se hace?
Alimentos

Cómo desinfectar la lechuga

Añadir un poco de bicarbonato a un recipiente con agua caliente, es el mejor remedio para desinfectar la lechuga.

Llega el verano y apetece preparar todo tipo de ensaladas en las que la lechuga suele ser uno de los ingredientes principales, aunque siempre hemos de asegurarnos que está bien limpia y sin restos de bichos o desinfectantes. Veamos entonces a continuación, una guía de pasos en la que os explicamos cómo desinfectar la lechuga de forma correcta.

Si tienes un huerto en casa o quizás compras tus lechugas directamente a alguna plataforma agrícola, es posible que tengas que incidir algo más en su limpieza antes de echarla a la ensalada. Normalmente las lechugas que se venden en supermercados o grandes superficies, suelen pasar por controles de desinfección y limpieza bastante estrictos, pero si recolectamos la lechuga en casa, o la compramos de forma más natural, es posible que notes que quedan restos de tierra o que incluso aparezca algún que otro bichito, por no mencionar, restos de abono anti parásitos que habrán recibido mientras crecían en el huerto. Veamos entonces cómo eliminar todo eso de forma correcta.

Pasos para desinfectar la lechuga

  1. Agua caliente y bicarbonato: La temperatura del agua donde se enjuagan las hojas de la ensalada, una vez cortada, debe ser cálida. Usa un recipiente y agrega un par de cucharaditas de bicarbonato de sodio. Es más efectivo que el vinagre y tiene la ventaja de no tener sabor: de hecho, es un excelente producto natural para limpiar el frigorífico.
  2. Otro de los remedios que os podemos recomendar es también utilizar yodo o lejía de uso alimentario. Tan solo echa un par de gotas de lejía o una cucharada pequeña de yodo en el agua y mete dentro del recipiente la lechuga.
  3. El tiempo en remojo: Para desinfectar bien la lechuga que te vas a comer es importante tener en cuenta el tiempo que inviertes en lavarla. La ensalada debe empaparse por no más de 15-20 minutos. Luego frota con tu mano, y enjuaga bien. Una vez hayas enjuagado debes fijarte bien y eliminar las hojas oscuras o marchitas.
  4. No utilices cloro. Es una solución excesiva, infundada e innecesariamente cara. Un desperdicio. Además, el cloro cambia el sabor de la ensalada.
  5. Desinfecta y lava solo antes de comer. La ensalada debe lavarse cuando se come: en el frigorífico, de hecho, no se conserva bien si se ha lavado y aunque quedará desinfectada, el sabor cambiará y no te gustará. Otra cosa distinta es conservar la lechuga en la nevera. Para ello será bueno que elimines las hojas más feas y que envuelvas la lechuga en un paño húmedo. De este modo te durará fácilmente una semana.
  6. Seca bien la lechuga: Para secar efectivamente la lechuga una vez desinfectada, usa el colador o papel de cocina. Solo unos minutos y la ensalada estará lista para ser aliñada y servida en la mesa.