Historia
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Las máquinas de Gustav Zander, el padre de la fisioterapia moderna

Para llegar a tener las máquinas de gimnasios que vemos en la actualidad hizo falta un proceso largo de adaptación y experimentación. Todos sabemos que hacer deporte o ejercitar nuestro cuerpo tiene enormes beneficios para nuestra salud, pero esto no es una tendencia de ahora. En el siglo XIX el doctor sueco, Gustav Zander, ya experimentó con lo que se podría considerar las primeras máquinas válidas para la fisioterapia que después servirían para llegar a los gimnasios.

Zander se convirtió en el primero que, alrededor de finales de 1890, pensó en crear una serie de máquinas que sirvieran para mejorar la salud de las personas a través de lo que llamó el «esfuerzo progresivo». El médico sueco había desarrollado su trabajo en el campo de la ortopedia, y sostenía que el uso controlado y sistemático de los músculos, haría que nuestro cuerpo se llegara a poner fuerte y en forma.

Máquinas para el entrenamiento

El doctor Zander tenía un propósito claro: hacer que todo el mundo pudiera ejercitar su cuerpo a través de estas máquinas. La ciencia y la tecnología de esta época avanzaba a pasos agigantados lo que sirvió a Zander para ofrecer un circuito nunca antes visto con una serie de máquinas innovadoras y la mar de raras.

Estas máquinas estaban divididas en dos secciones: una primera de rehabilitación y otra de mejora corporal. Todo centrado en la fisioterapia del cuerpo y en el bienestar de las personas, un concepto que hoy en día estamos muy acostumbrados a escuchar.

Los mecanismos de estas máquinas estaban diseñados a través de todo tipo de contrapesos, tiras elásticas bajo presión o piñones y ruedas de engranaje que se movían a la perfección con la fuerza ejercida por el paciente.

Tras su presentación en la Exposición Centenal de Filadelfia, con un concepto novedoso, Instituto del cuerpo -que podríamos considerar el primer gimnasio de la historia-, donde las máquinas, ruidosas y grandes, pero realmente efectivas para la salud, se presentaban como la novedad más grande de los últimos años antes de llegar al nuevo siglo.

Fue tanta la repercusión durante su presentación que se le otorgó la medalla de oro de la exposición por su nueva y revolucionaria forma de tratar el cuerpo en las personas.

Años después, alrededor de 1906, estas máquinas para fisioterapia de Zander ya eran popularmente conocidas y se podían ver en más de 140 países y fueron evolucionando a las máquinas que hoy en día vemos en los gimnasios convencionales.