Historia

Isla de las Rosas: El país inventado en 400 metros cuadrados

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La plataforma de la Isla de las Rosas. (Foto: Twitter)

La historia de la Isla de las Rosas pudo ser extraordinaria cuando una serie de jóvenes intentaron crear un estado independiente en una plataforma de 400 metros cuadrados a 12 kilómetros de Rímini, ubicada en el mar Adriático.

Ocurrió en 1968 cuando se autoproclamaron independientes del mundo. Un año después, los sueños y las aspiraciones de estos intrépidos jóvenes fueron destruidos con la demolición de su pequeño paraíso en el mar.

Un anarquista italiano

Antes de llegar al fatal desenlace, en 1958 Giorgio Rosa, un ingeniero italiano, ideó la manera de que él sus amigos tuvieran un remanso de paz en el mar donde las leyes de Italia no tuvieran validez.

Para eso construyó una plataforma de 400 metros cuadrados en mitad del mar. Tardaron diez años en darle forma, pero la Isla de las Rosas fue una realidad cuando en 1968 proclamaron su independencia de cualquier país y nación.

Giorgio sería el presidente, su cuñado el ministro del Interior y eran muchos los jóvenes italianos que ya conocían la historia y pasaban por allí para divertirse. Se trataba de un lugar con habitaciones, extraían el agua dulce gracias a una perforación de 280 metros desde la superficie de la isla y contaban hasta con su propia oficina de Correos.

A las autoridades italianas no les supo bien que mucho turismo llegara al país solo para visitar la Isla de las Rosas, y  más cuando empezaron a recibir las noticias de que había cientos de solicitudes para obtener la nacionalidad en la isla.

La estructura de gobierno se creó con una Presidencia, y los ministerios de Industria, Finanzas y Comercio. Crearon su propia bandera, su himno, su lenguaje oficial, el Esperanto y hasta su propia moneda, el Mill.

Sueños frustados

Después de una batalla legal que Giorgio empezó contra la República de Italia, al día siguiente de la declaración de independencia de la Isla de las Flores, la policía italiana llegó para desalojarla. Comenzó entonces el final de la efímera isla de Giorgio Rosa, en ese momento conocido ya como «el príncipe de los anarquistas».

El presidente de la Isla de las Rosas presentó varios recursos contra el gobierno, se dirigió hasta el Consejo de Europa, pero poco pudo hacer ante la fuerza del gobierno.

Un gobierno que veía en esta isla signos de libertad que no les gustaban como jóvenes de fiesta y bebiendo todo el día, y llegaron a exponer que podrían estar prestando ayuda a los submarinos nucleares soviéticos.

En agosto de 1969, un año después de la proclamación de independencia, la isla fue derruida con dinamita por parte de la policía.

El gobierno intentó que Giorgio pagara la demolición, unos 11 millones de liras, y la isla quedó en el olvido.

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