¿Has oído hablar de la ‘imprenta de la buena muerte’?
Entre las curiosidades históricas menos conocidas, está la relativa a la llamada imprenta de la buena muerte. ¿Sabes en qué consistía? Te lo contamos.
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Dentro de la iglesia católica existe una orden religiosa llamada la Compañía de Jesús, fundada por Ignacio de Loyola en 1534. Esta orden, llamada comúnmente como jesuita, se ha caracterizado por tener un carácter revolucionario y cuestionar ideologías de la iglesia. También se han desempeñado en el campo educativo, intelectual y social, por lo que en su momento tuvieron su propia imprenta con un sobrenombre particular.
La imprenta jesuita
En 1648, el jesuita Vicente Caraffa fundó en Roma una congregación llamada Congregación de Jesucristo nuestro señor en la cruz y de la bienvenida virgen María, su madre dolorosa. Fue una congregación que ganó mucho prestigio y se extendió hasta España concretamente en Valladolid.
En 1729 el papa Benedicto XIII dio a la congregación la facultad de poder establecer nuevas iglesias. Por eso en 1730 la congregación se pudo instalar en el colegio de San Miguel en España. Posteriormente, decidieron iniciar su propia imprenta en 1737, la cual trabajó durante 30 años.
Esta imprenta tenía pocos recursos, pero aun así logró publicar 116 libros durante su existencia. Muchos de esos libros la imprenta colocaba su nombre como María Santísima dolorosa. También sirvió como referencia al momento de analizar costes y demás implicaciones para abrir otras imprentas en el país.
El problema fue que en aquel Siglo XVIII los gobiernos europeos entraron en un periodo llamado absolutismo. Este consistía en que el poder político debía dejar de ligarse a la ley divina. De esa forma, por la influencia y presión política que ejercía, la orden jesuita fue expulsada y la imprenta cerró en 1767.
¿Por qué de la buena muerte?
Sin embargo y a pesar de los nombres de la imprenta y la congregación mencionados anteriormente, a estos también se les llegó a llamar de otra manera. El nombre de la congregación era demasiado largo y para facilitarlo se le nombró como Congregación de la buena muerte. Posteriormente la imprenta se llamó igual.
El nombre se le dio porque otra de las labores de los jesuitas era apoyar a enfermos y moribundos. La intención era ayudarlos a pasar mejor las enfermedades, para que su muerte fuera menos dolorosa y más cristiana, es decir, una buena muerte.
En la práctica, esa es la razón de que haya existido una imprenta de la buena muerte. Solo una orden como la jesuita se pudo atrever a usar la palabra como algo positivo en esa época. Por eso sí llegaron a imprimir libros bajo ese nombre.
Ya sabes sobre la imprenta de la buena muerte. ¿Qué otras actividades poco comunes de los jesuitas conoces? Si te ha parecido interesante este artículo, no dejes de compartirlo con tus amigos y contactos sociales, se trata de una curiosidad histórica que no todo el mundo conoce.
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