Historia
Descubrimiento arqueológico

Descubrimiento histórico en Turquía: aparece el primer pilar en forma de ‘T’ con un rostro humano esculpido

Turquía sigue siendo zona de descubrimientos que modifican la historia de la humanidad. Recientemente, durante la última campaña de excavaciones en Karahantepe, dentro del ambicioso Proyecto Taş Tepeler, el Ministerio de Cultura y Turismo de Turquía anunció el descubrimiento de un pilar en forma de T que presenta, por primera vez, un rostro humano esculpido.

Para quienes no están interiorizados en la temática, puede pasar desapercibido, pero en realidad, este elemento introduce una nueva perspectiva en el estudio de los monumentos megalíticos del Neolítico, donde hasta ahora predominaban relieves de animales, brazos y manos sin rasgos faciales.

¿Cómo fue el hallazgo del primer pilar en forma de ‘T’ con un rostro humano esculpido?

La pieza fue presentada por el ministro Mehmet Nuri Ersoy, quien destacó que se trata de un ejemplar único dentro del conjunto arqueológico de Taş Tepeler.

En enclaves como Göbekli Tepe y Karahantepe, los pilares con forma de T habían sido interpretados como representaciones simbólicas del ser humano, pero carecían de individualización. El hallazgo reciente, sin embargo, sugiere una concepción más concreta y personal de la figura humana durante el 10.º milenio antes de nuestra era.

El pilar en forma de T descubierto en Karahantepe presenta un relieve facial en la parte superior: ojos profundamente excavados, nariz ancha y contornos marcados en los pómulos. Los especialistas apuntan a una técnica de talla avanzada, coherente con otras esculturas humanas del mismo yacimiento.

Esta coincidencia formal refuerza la idea de una tradición artística compartida, desarrollada por comunidades que ya habían consolidado su organización social y su cosmovisión mediante símbolos perdurables.

La ejecución del relieve demuestra un dominio notable del volumen y de la proporción. La calidad técnica y la coherencia estilística evidencian que los artesanos neolíticos dominaban procedimientos complejos de escultura en piedra caliza.

Este material, común en Anatolia, permitía una talla precisa, aunque requería técnicas cuidadosas debido a su fragilidad frente a los cambios climáticos.

El significado del pilar en forma de T

Desde su descubrimiento en los años noventa, los pilares en forma de T de Göbekli Tepe y Karahantepe han sido interpretados como figuras humanas esquematizadas, con brazos y manos tallados en relieve.

La aparición de un rostro tallado confirma que estos monolitos no eran solo símbolos abstractos, sino posibles retratos antropomorfos. Esta representación abre la posibilidad de que se trate de figuras asociadas a la memoria colectiva o a funciones rituales concretas.

Este pilar en forma de T con rostro humano aporta una nueva dimensión a la comprensión del arte prehistórico. Frente a las representaciones naturalistas o abstractas dominantes en épocas anteriores, la incorporación de rasgos faciales indica el nacimiento de una identidad individual.

Este cambio señala un momento en el que el ser humano comenzó a reconocerse a sí mismo como sujeto dentro de la comunidad y a plasmar esa conciencia en piedra.

El contexto del Proyecto Taş Tepeler

El hallazgo se enmarca en el Proyecto Taş Tepeler, una iniciativa arqueológica que agrupa diez yacimientos del sureste de Turquía, entre ellos Göbekli Tepe, Sayburç, Çakmaktepe y Karahantepe.

Estos sitios, distribuidos a lo largo de más de 100 kilómetros, comparten características arquitectónicas semejantes: recintos circulares delimitados por grandes pilares calizos en forma de T. Se considera que estos espacios tuvieron funciones ceremoniales o simbólicas, vinculadas a los primeros asentamientos agrícolas del Neolítico.

Karahantepe se ha consolidado como uno de los enclaves más relevantes dentro del proyecto. Allí se han documentado esculturas humanas de cuerpo completo, relieves con animales y estructuras subterráneas aún en estudio.

Conservación y análisis del hallazgo

La piedra caliza utilizada en los monumentos de Taş Tepeler, pese a su facilidad de talla, presenta una alta vulnerabilidad ante la erosión.

Por ello, los equipos de excavación aplican protocolos de consolidación y registro fotogramétrico antes de extraer las piezas. En el caso de este pilar en forma de T con rostro humano, los investigadores prevén realizar un análisis microscópico de la superficie para identificar las herramientas empleadas y determinar si existieron pigmentos o tratamientos decorativos.

El Ministerio de Cultura turco ha subrayado que el descubrimiento abre una nueva fase de interpretación dentro del simbolismo neolítico. Según el comunicado oficial, «este pilar representa el primer caso conocido en el que el hombre del Neolítico se retrata a sí mismo en una de estas estructuras, iluminando un aspecto fundamental de nuestra historia».