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Frank Cuesta anuncia que puede perder su santuario por culpa de Yuyee: «Me va a matar la salud»

Acusa a su nueva pareja de todo

  • Nacho Molina
  • Periodista especializado en información de corazón y televisión. Me paso la vida hablando de la vida de los demás. Antes en La Vanguardia.

Frank Cuesta sigue contando el día a día de su vida en Tailandia y de su vida dedicada a cuidad a los animales de su santuario. Allí ha conseguido salvar a gran cantidad de animales del comercio ilegal, pero su labor está en peligro, tal y como ha contado en directo en el que ha explicado que puede perderlo por culpa de Yuyee, su ex mujer y por la que tanto luchó para conseguir que saliese de la cárcel.

Centrado ahora mismo en los contenidos para plataformas como YouTube y Twitch, con el dinero generado con sus vídeos consigue mantener a los animales y darles los cuidados necesarios, su vida es seguida por cientos de miles de personas. También consigue una importante fuente de financiación al organizar visitas y excursiones al centro, pero parece no ser suficiente. Todo ocurre en unos terrenos en los que cuida y enseña cómo es la vida, pero ahora mismo está en una situación complicada que le está siendo imposible resolver.

Todo comenzó cuando tuvo que contar con la ayuda de su ex mujer para comprar los terrenos, algo que ocurrió debido a que las leyes en Tailandia impiden que un extranjero tenga algo a su nombre. «Lo compré y se puso a nombre de mi exmujer. El acuerdo era que, cuando fuera el momento, se pondría a nombre de los hijos», siendo el momento de hacer los cambios ahora y que pase a manos de Zorro y Zape, sus hijos.

«Todo esto comienza para mí cuando empieza una nueva relación que tiene. Y de repente empiezan las dudas, los resquemores, no sé si rencores, no sé si cualquier cosa, pero el santuario no está a nombre de Zorro y a mí se me ha pedido que pague 3.500 euros de alquiler», ha desvelado.

Tal y como se puede apreciar en el vídeo, está decepcionado porque ya son dos meses los que ha tenido que pagar este alquiler y por eso tiene que solucionar este asunto lo antes posible. De conseguirlo, está dispuesto a comprar un nuevo terreno para trasladarse y montar «otro santuario porque si no esto me va a matar la salud».

Muy preocupado por esta situación, ya avisa de que será muy complicado poder empezar de cero con un santuario como el que ha creado. Además del trabajo, ya que asegura que empezó siendo «un secarral» y lo ha podido convertir en lugar con varios ecosistemas para que los animales puedan vivir de la mejor manera, el dinero es el gran impedimento.

Nadie esperaba que años después de dejarse la piel y de hacer todo lo posible, Frank recibiese este revés por parte de su ex mujer y madre de sus hijos.