¡Viva México!: los templos aztecas para celebrar el Día del Grito

México

Cada nación tiene sus fechas clavadas en el calendario como puñales de memoria. Son días que superan la contabilidad del tiempo para convertirse en parte de la identidad de un pueblo. Para México, ese día es el 15 de septiembre, víspera de la conmemoración de la independencia. La tradición recuerda la madrugada del 16 de septiembre de 1810, cuando el sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla, acompañado de otros insurgentes, arengó a los vecinos de Dolores Hidalgo a levantarse contra el dominio del Virreinato de la Nueva España. El episodio, conocido como el Grito de Dolores, fue chispa y campanada, arranque de un proceso que acabaría forjando una nación.

Han pasado más de dos siglos y los mexicanos siguen gritando con la misma pasión. Lo hacen entre banderas, fuegos artificiales y mariachis, pero también desde la mesa, porque no hay patria sin fogones ni identidad sin recetas. El chile en nogada, con sus tres colores, es bandera comestible. El mole, una catedral de mestizaje. Y el tequila, con la margarita como pareja de baile, un brindis perpetuo que no entiende de fronteras.

En Madrid ese grito resuena con acento castizo y sabor picante en Tepic, restaurante de la calle Ayala convertido en referencia de la cocina mexicana contemporánea. Para este 15 de septiembre la casa ha preparado un menú de 45 euros que es viaje de ida al corazón del altiplano. Se arranca con una bolita de frijol con queso y chipotle o una sopa de chicharrón que calienta cuerpo y memoria. El plato fuerte ofrece dos caminos: chile en nogada, clásico que debería figurar en la UNESCO, o carrilleras al mole poblano, liturgia especiada para paladares valientes. El cierre llega con un taco Tonatiuh o con buñuelo mexicano y cajeta, dulzura sin arrepentimientos. En la copa, un margarita Tepic, frío y festivo, como manda la fecha. Y todo con mariachis en directo, que son capaces de levantar al más tímido de los parroquianos.

El grito se multiplica en Madrid en otras casas. Mawey Taco Bar, con sus tacos creativos, invita a celebrar con las manos. Barracuda MX, proyecto de Roberto Ruiz, trae la brisa del Pacífico a la capital. Corvina MX es el sitio para ceviches y Bakan combina tradición con diseño. El mapa de la ciudad se vuelve un mural de chiles, mezcales y guitarrones.

El eco llega a Málaga, donde tres templos —Hacienda Alakran, Mulita y Niña Bonita— han recibido el Sello Copil, distinción oficial que garantiza autenticidad y respeto a la raíz. Allí la independencia se celebra con tacos, mezcales y un grito que se confunde con la brisa del Mediterráneo.

Barcelona no se queda atrás. Oaxaca Cuina Mexicana, con Joan Bagur al frente, viste la fiesta con menús especiales y mariachis. Xuba Tacos y Jaiba hacen su apuesta por la cocina callejera, con antojitos que son puro festejo.

En Valencia la bulla es otro ingrediente. Restaurantes como La Venganza de Malinche o Mi Tierra preparan cenas temáticas con pozoles, carnitas y micheladas que animan una fiesta prolongada entre estudiantes y parroquianos fieles.

Y en Sevilla el grito suena junto a la Giralda. Casas como Mano de Santo o Sed de México ofrecen autenticidad en la cocina y coctelería con música en vivo. Allí el mariachi se hermana con la charanga sevillana en un mestizaje alegre y necesario.

El Día del Grito es mucho más que una efeméride. Es identidad compartida, comunidad que se construye entre un trago de tequila y un taco compartido. Es la certeza de que las fronteras se disuelven en la barra, allí donde los acentos se mezclan y todos se reconocen hermanos.

Aforismo de servilleta: Gritar «¡Viva México!» en España es recordar que la patria también cabe en un plato y en un trago compartido.

Lo último en Gastronomía

Últimas noticias