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El arroz con pollo es un clásico de la comida que nunca falla. Arroz, pollo, algunas verduras… Es un plato sencillo, sabroso y sin complicaciones. Pero en Portugal tienen una versión diferente que, curiosamente, espanta a más de un español.
Es un plato típico del norte que lleva arroz, pollo o incluso conejo. Hasta ahí, todo bien, pero el problema llega cuando se le añade un ingrediente que no es apto para todo el público. Hay quienes, al saberlo, no quieren ni probarlo.
Este es el arroz que se hace en el norte de portugal y que no le gusta a los españoles
El plato que no le gusta a casi ningún español se llama cabidela. Esta es una receta tradicional que nació en las cocinas rurales del norte portugués, concretamente en la región del Miño.
Lo que hace especial a este arroz es que se prepara con sangre del animal, mezclada con vinagre y añadida al guiso en la última fase de cocción.
Aunque la práctica original implicaba sacrificar al ave en casa y recoger la sangre al momento, eso ya no se ve hoy en día. Aun así, algunos restaurantes (con proveedores autorizados) siguen preparando la cabidela como se hacía antes.
En el campo no se tiraba nada. Las gallinas y los gallos no sólo daban huevos, se aprovechaba todo. Incluso terminaban devolviendo proteínas y fertilizante natural al terreno.
Al final, el arroz de cabidela es como el arroz con pollo, pero con sangre. Un toque que lo cambia todo y que no deja indiferentes a quien lo come.
Puede que haya quien se atreva a probarlo, pero desde luego no es el favorito de los niños ni el típico que aparece en el menú del día de un bar o una tasca.
¿Cómo se hace el arroz de cabidela?
La preparación no es difícil, pero sí hay que seguirla al pie de la letra, en especial el final.
Ingredientes:
- 1 pollo troceado.
- 500 g de arroz.
- 100 g de sangre de pollo.
- 1 diente de ajo.
- 1 cebolla.
- 1 ramita de tomillo.
- 2 hojas de laurel.
- 1 manojo de perejil.
- ½ taza de vinagre.
- 5 cucharadas de aceite de oliva.
- Sal y pimienta al gusto.
- Agua.
Preparación:
Empieza dorando el pollo en una cazuela con aceite de oliva caliente. Cuando esté bien sellado, añade la cebolla y el ajo picados, el laurel, el tomillo y el perejil. Salpimienta, remueve y deja que se cocine a fuego medio hasta que el ave esté tierna.
Luego vierte un vaso de agua y deja que el guiso se asiente. Cuando el pollo esté en su punto, añade el arroz y cuatro tazas más de agua caliente. Baja el fuego y cocina unos 15 minutos, vigilando que no se pegue.
Cuando el arroz esté casi hecho, añade el vinagre y la sangre. Mezcla bien y deja que el guiso termine de cocinarse unos minutos más. El arroz debe quedar meloso, casi caldoso.
Y listo, sírvelo caliente. No es para todos los públicos, pero para quienes se atreven, es una auténtica joya de la cocina portuguesa.
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