Gastronomía
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Ni cerdo ni jamón de pata negra: 3 familias extremeñas dan un sorprendente giro de 180º al «ibérico de bellota»

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Una buena carne se nota, y una cualquiera, también. Están las de engorde rápido, las de pienso, y luego hay otras que han sido criadas con más libertad. La carne de buey es, para muchos, de las mejores: por su sabor, su textura y esa grasa infiltrada que la distingue. Pero, como nada está escrito en piedra, siempre se puede ir un paso más allá en busca de calidad.

Tres familias extremeñas han decidido romper con lo predecible. No siguen el camino fácil. Crían bueyes, sí, pero lo hacen en plena dehesa, alimentados con bellota, hierba y ramoneo durante años. Su apuesta es la carne de buey ibérico de bellota.

¿Cómo se cría un buey ibérico de bellota?

En este caso, el buey se cría con la misma lógica del cerdo ibérico: tiempo, bellotas y dehesa. El concepto detrás del buey ibérico de bellota apuesta por carne de altísima calidad, producción agroecológica y un compromiso real con el medio rural.

El modelo que han elegido estas familias se aleja por completo de la ganadería intensiva. Aquí no hay piensos ni establos. Sus bueyes pastan libres en la dehesa, se alimentan de hierba, ramoneo y bellotas durante años.

Es así como consiguen una carne única, con grasa infiltrada rica en ácido oleico, parecida a la del jamón de bellota. Una investigadora de Cicytex ha llegado a calificarla como «un superalimento».

El animal no sufre estrés. Vive su vida en el campo, sin engorde forzado y sin confinamiento. Se sacrifica cuando alcanza su plenitud. La idea es mantenerlo al menos seis o siete años antes del sacrificio.

Eso, aseguran, es respeto a la vida. Pero también es eficiencia, pues un buey adulto llega a aportar la misma carne que diez terneros, pero con mucho menos impacto ambiental.

¿Por qué apostar por el buey ibérico de bellota?

Según explican en su página web (bueyibericodebellota.com), el modelo actual de producción de carne está completamente desconectado del entorno natural.

En la mayoría de los casos, los animales se crían bajo sistemas intensivos que los convierten en piezas de una cadena industrial, más cerca del rendimiento económico que del alimento real. Ante esa realidad, este proyecto busca devolverle sentido y coherencia a la ganadería.

Su apuesta por el buey tiene un detrás. Este es un animal que tarda años en desarrollarse, pero que precisamente por eso deja de consumir proteína animal y pasa a alimentarse de celulosa: hierba, hojas, ramas, todo aquello que el ser humano no puede aprovechar. A lo largo de una década, transforma esa materia en carne rica, saludable y sostenible.

Detrás de este proyecto no hay una empresa cárnica ni una gran marca. Hay tres familias que han decidido vivir de forma coherente con sus valores: cultivar su tierra, criar sus animales, vender sin intermediarios y apostar por la calidad por encima del volumen.

Desde El Rincón de los Cerezos, Carmen, Mario y Andrés. En Huecos del Arroyo, Gloria, Alberto y Juan. Y desde Las Lucías, Gema, Pepe, Catalina y Pepa. Todos comparten una forma de vida centrada en la agroecología, y el respeto al entorno.