Gastronomía

Etiquetas DOP e IGP: el real food de verdad

En los últimos años, se ha puesto de moda esto del real food, de la alimentación real, como si antes nos hubiéramos nutrido de hologramas y ensoñaciones.

El concepto, liderado por un joven nutricionista que se está haciendo de oro, es una reivindicación de lo que, toda la vida, ha sido la dieta mediterránea, aderezado con las novelerías que nos acogotan, a saber: aguacates, pseudocereales como la quinoa y semillas de mil tipos. Este chaval, que declaró la guerra a los procesados, se está llevando no pocos tortazos de sus compañeros de profesión, que sonríen ante el hecho de que ha sacado su propia línea de producción industrial, no exenta de azúcares añadidos, eso sí, de dátil y otras real cosas.

Reivindiquemos lo bueno de nuestra tradición gastronómica, como llevan años haciendo los de Origen España, la asociación que aglutina casi 90 diferentes indicaciones geográficas agroalimentarias de España que tienen sello DOP e IGP. Estos productos cien por cien naturales (quesos, hortalizas, frutas, dulces, legumbres… casi todo lo que no son vinos, que tienen su propio organismo) están ligados a nuestra tradición histórica.

Los reconocerán porque llevan dos sellos: rojos para los de DOP (Denominación de Origen Protegida), azul para los de IGP (Indicación Geográfica Protegida). Ambos garantizan la calidad, permiten que el medio rural siga siendo un lugar de relevancia económica y de empleo. La única diferencia es que, en el caso DOP, todos los procesos de producción se realizan en el mismo territorio porque eso define plenamente sus características; en el caso de la IGP, al menos un proceso se debe hacer en las lindes territoriales definidas.

El pasado jueves 2 de febrero, Origen España presentó los resultados de la campaña ‘Abre los ojos ¡Disfruta!’, una iniciativa de promoción cofinanciada en un 70 % por la Unión Europea, que durante tres años ha difundido el valor esencial de estos productos para que los consumidores los conozcan, puedan reconocerlos y entienda su significado y su valor. Hay buenas noticias: cada vez más gente los valora y los conoce, y los añade a su cesta de la compra.

Origen España presentó los resultados de la campaña ‘Abre los ojos ¡Disfruta!’

Para que se hagan una idea, la campaña también prueba que se ha incrementado el conocimiento que tienen los consumidores de los dos distintivos. El 63 % de los encuestados los consume, al menos, una vez a la semana; el 23 %, una vez al mes; un 19 %, de manera habitual, mientras que un 71 % los elige solo en ocasiones especiales. Un 10 %, además, los adquiere a diario. De media, los consumidores conocen 2,95 productos con sello DOP o IGP: los más reconocidos son los vinos (32 %), quesos (31 %) y carnes (26 %), y los que menos, la fruta (19 %), el jamón (15 %) y el aceite (14 %).

Además, y esto es muy bonito, han donado mil euros para financiar un programa de Fundación Aladina: EPICKids, un estudio pionero que va a probar cómo afecta la buena alimentación en los niños del sur de Europa que están en tratamientos oncológicos.

A ver si conseguimos que, al menos estas criaturas, coman en los hospitales como Dios manda. Y lo dicho: denle a la real food nuestra. Compren queso de tetilla antes que el cheddar; pimentón de Murcia o La Vera antes que tajín, AOVE por encima del aceite de sésamo. No es más caro, y la diferencia en boca es abismal.

Pero también, cuando usted adquiere algo de eso, permite que la España vaciada deje de serlo; contribuye al empleo rural y a que, en definitiva, las empresas de aquí sigan pagando impuestos, y con ellos, las pensiones, la investigación en cáncer y en otras tantas cosas que de verdad importan.