España
REPORTAJE DE CAKE MINUESA

Los zombis de la droga se adueñan de Lavapiés, el feudo de Más Madrid: «Da miedo salir a la calle»

OKDIARIO sale a la calle a descubrir si la epidemia de fentanilo, la conocida como droga zombi y que hace estragos en Estados Unidos, ha llegado a nuestro país. En Madrid ya se han detectado -según el Summa- los primeros casos de consumo de heroína con fentanilo, un opiáceo, 50 veces más potente que la heroína. Visitamos Lavapiés, el barrio donde a plena luz del día es posible ver a personas tiradas en el suelo fulminadas por la droga. Vagan como auténticos zombis. Es tal la degradación y la delincuencia que los servicios de limpieza tienen que trabajar escoltados por la Policía. «Cualquier día a alguno de nosotros nos van a apuñalar», confiesa un trabajador.

El narcotráfico quiere imponer su ley sin que se les moleste. Y para eso cuenta con el apoyo de la izquierda. Natalidad a cero y la inmigración ilegal ligada a la delincuencia. El cóctel perfecto para enviciar un barrio. Allí donde el narco ve una oportunidad de negocio, la izquierda ve votos. Es el caso del barrio madrileño de Lavapiés, feudo madrileño de Más Madrid, y ejemplo perfecto de lo que es la degradación de un barrio hasta el punto de la inexistencia de unas normas cívicas ni de convivencia de cualquier otro barrio de Madrid o de España.

La cámara de OKDIARIO les resulta molesta a estos individuos, auténticos amos de las calles y plazas de Lavapiés. Un barrio condenado a ser un territorio «no go» en el que sólo puede entrar la Policía. «Yo a ese lo mato», dice uno apuntando su dedo a nuestro reportero. «Yo sólo vengo al barrio a pillar droga», dice con resignación otro. No tendrás nada y serás feliz.

Allí donde el narcotráfico ve una oportunidad de negocio, la izquierda ve una caladero de votos

«¿Te gustaría levantarte por las mañanas y tener que ir con un rottweiler acompañándote para ir segura por la calle? ¿Te gustaría levantarte por las mañanas y encontrarte con distintos mendigos drogados y delincuentes tirados por la calle mientras paseas? ¿Te gustaría encontrarte con delincuencia y no poder salir por las noches por tu barrio? Pues eso es Lavapiés», dice con amargura un vecino de toda la vida del barrio.

En la Plaza Nelson Mandela no hay niños jugando en sus juegos. Ninguno quisiera jugar en una plaza controlada por el trapicheo y el consumo de alcohol entre personas -la mayoría, de origen africano- drogadas hasta la cejas o durmiendo en medio de la acera a la espera de que los despierte la Policía. La única diversidad que uno encuentra son las diferentes nacionalidad de los yonquis. Lavapiés, en lo que a consumo de la droga se refiere, es muy plurinacional.

«Cuando salgo a la calle tengo que pedirle a mi marido que me acompañe. ¿Diversidad? Aquí son todos africanos. Lo que prima es que vamos todas con el bolso agarrado», dice otra vecina. «Esto es una p… mierda que ha jodido a todos los jóvenes», dice otro con acento de Europa del Este mostrando una pipa para fumar crack que ha encontrado tirada en la calle.

Los efectos letales del fentanilo

Al igual que la heroína, la morfina y otras drogas opioides, el fentanilo actúa uniéndose a los receptores opioides que se encuentran en áreas del cerebro que controlan el dolor y las emociones. Después de consumir opioides muchas veces, el cerebro se adapta a la droga y su sensibilidad disminuye, lo que hace que resulte difícil sentir placer con otra cosa que no sea la droga. Cuando una persona se vuelve adicta, la búsqueda y el consumo de la droga se apoderan de su vida. Otros efectos incluyen: felicidad extrema, aletargamiento, náuseas, confusión, estreñimiento, sedación, problemas para respirar, pérdida del conocimiento.

Este tipo de opioides sintéticos son las drogas más frecuentemente involucradas en las muertes por sobredosis. Puede ser mortal hasta en pequeñas dosis. Más de 150 personas mueren cada día por sobredosis relacionadas con este tipo de opioides sintéticos. Las drogas podrían contener niveles mortales de fentanilo, y no se puede ver, percibir su sabor ni percibir su olor. Es casi imposible saber si las drogas fueron mezcladas con fentanilo, a menos que analice sus drogas con tiras de prueba.