El temor del PP a que el PSOE pueda auditar Madrid en año electoral juega contra Cifuentes
Entre los grandes motivos del Partido Popular para sacrificar a Cristina Cifuentes está el temor a que el PSOE repita en Madrid la misma amenaza que en Murcia y ejecute, tras su moción de censura, una auditoría del gobierno autonómico. La iniciativa proporcionaría a la oposición un arsenal valioso sobre algunos casos ahora judicializados, como la trama Púnica, en pleno año electoral.
La medida figuraba ya en el acuerdo murciano de PSOE, Ciudadanos y Podemos para salir de la crisis provocada por la imputación del entonces presidente regional, Pedro Antonio Sánchez, que acabó dimitiendo. Se trataba de una auditoría de la situación financiera del Ejecutivo regional -«levantar alfombras» como defendieron sus impulsores- fundamental para debilitar al PP ante unas nuevas elecciones, centrando el ataque en casos ya muy polémicos en la comunidad murciana, como la deuda de la desaladora de Escombreras, o el caso ‘Auditorio’, por el que precisamente Sánchez está imputado.
El miedo a que esto se repita se ha instalado también en la Comunidad de Madrid, donde los ‘populares’ ya están cercados por su presunta financiación irregular.
Que Cifuentes tiene los días contados es una sensación casi generalizada. Pero el caso es medir los tiempos. La opinión mayoritaria es aguantar hasta que la presión de Ciudadanos sobre su dimisión se haga insostenible, y, entonces sí, dejarla caer. Ese escenario evitaría dar sensación de que se cede a la primera de cambio, un extremo que no agrada en absoluto al presidente.
Según fuentes próximas a la presidenta madrileña, ésta no dimitirá por iniciativa propia y solo se irá si se lo reclama Rajoy. Pero la presión en el PP se torna ya casi insalvable. Solo una exoneración de la Fiscalía, un supuesto casi de ciencia ficción, podría salvarla. Un extremo que en fuentes de la dirección de Ciudadanos se da casi por descartado. El propio Albert Rivera reveló este miércoles que los ‘populares’ ya asumían el relevo, y buscaban sustituto.
C’s no teme una moción
Así, la opción del PP es aguantar a Cifuentes hasta la moción de censura, para que Ciudadanos tenga que explicar por qué la apoya (con Podemos). Pero esa estrategia no encaja en Ciudadanos. En este partido se da ya por seguro que el coste de sostener a la presidenta madrileña es, hoy por hoy, mayor que respaldar la moción. «Nadie se imagina a Gabilondo como un extremista», se ironiza.
Aunque se habló del 30 de abril como fecha límite para el relevo, en fuentes de la dirección naranja se asegura ahora que no hay ultimátum, y que apoyarán esa salida incluso si se produce horas antes del debate.
El partido naranja analiza que a Rajoy le interesa salvar la situación con un gobierno provisional de unos meses, sin complicaciones, antes de las elecciones. Cabe recordar que los presupuestos de la Comunidad de Madrid ya están aprobados, con lo que sería un fin de legislatura más o menos tranquilo.
Para Rajoy existe una clara línea roja, y es que ninguna persona, ningún cargo, puede comprometer la Comunidad de Madrid. Y permitir que el PSOE gobierne, aunque sea de forma temporal, es una operación demasiado arriesgada. Sobre todo, porque en este tiempo-las elecciones se celebran en mayo del año que viene-puede dar tiempo para desacreditar algunas de las actuaciones del gobierno autonómico o para realizar una auditoría sobre las cuestiones que interese destapar a los socialistas, y darle un valioso arsenal en campaña.
De momento, Rajoy quiere atenuar los tiempos. El jefe del Gobierno no tiene previsto reunirse con Cifuentes a su regreso de Argentina porque, según fuentes de su entorno, no hay ni tiempo ni motivo de urgencia para ello. Destacan que es Rivera quien parece tener la urgencia en torno a este asunto.
En el partido, eso sí, evitan ya un respaldo explícito a la presidenta madrileña. El coordinador general, Fernando Martínez-Maíllo, evitó este miércoles hasta en dos ocasiones responder directamente sobre ese apoyo y se remitió a las conclusiones que arroje la investigación interna de la universidad antes de tomar cualquier «decisión» .