Susana Díaz se convierte en la estrella de la Fiesta Nacional
Las cámaras buscaban el momento del encuentro entre Mariano Rajoy y Javier Fernández, juntos por primera vez en un acto público desde que, el pasado 1 de octubre, se renovase el liderazgo socialista.
Pero la ‘estrella’ de los corrillos y las miradas de este 12 de octubre ha sido Susana Díaz. Si el año pasado, el protagonista indiscutible durante la recepción en el Palacio Real se lo llevó un Albert Rivera en pleno apogeo, esta vez la más reclamada fue sin duda la presidenta de Andalucía.
De rojo, en un claro guiño a su partido, Díaz acaparó el interés de los informadores y de los propios asistentes a la invitación del Rey. Pero la líder andaluza no concedió pie a las especulaciones. Pidió “tranquilidad” ante el Comité Federal, que previsiblemente los socialistas celebrarán el 23 de este mes, y se reveló convencida de que de ese cónclave saldrá una postura avalada por una “mayoría sólida”.
«Tranquilidad; siempre llegaremos a un acuerdo”, subrayó ante la insistencia de los periodistas.
La presidenta de la Junta no quiso adelantarse al resultado formal de ese debate, que marcará el siguiente paso en el camino a la investidura. Sí profundizó, en cambio, en elogiar la labor al frente de la gestora de Javier Fernández- con quien compartió tribuna durante el desfile y con quien se le vio charlar animadamente durante muchos momentos en la recepción.
Del presidente asturiano apreció su esfuerzo para tranquilizar al PSOE y evitar que en el partido se perpetúe el “clima bélico” de la anterior etapa. Con esta apreciación de que las aguas se han calmado en el partido coincidió otro destacado dirigente socialista, con un simil muy gráfico: el PSOE , comentó en corrillo, «ha pasado de estar en la locura de un ‘after’ (local que abre a primera hora de la mañana para aquellos que quieren continuar de fiesta cuando el resto de locales han cerrado) al spa».
«Ya os cansaréis de escucharme. Hoy no toca”, zanjó Díaz cuando se le ha pedido insistentemente que aclarase su postura.
Con la andaluza, la otra protagonista de la jornada fue la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, quien ya en el desfile destacó con un paraguas de la bandera española. La imagen ha sido sin duda una de las fotografías de la Fiesta Nacional, y su equipo de redes también le ha sacado partido: «Nos encanta el paraguas de Cifu, señalaba la cuenta @cifupresidenta.
Optimismo ‘prudente’ ante la investidura
La de este miércoles era una cita especialmente significativa en el inédito escenario político. Nunca antes hubo tanta ansia de corrillo, ni tampoco se miró con tanta atención cualquier detalle, cualquier gesto… o encuentro ‘furtivo’.
Ministros y distintos dirigentes autonómicos se resguardaron con celo de la prensa, en un aparte de alrededor de media hora en uno de los salones del Palacio. El presidente en funciones departió con Díaz, Fernández Vara y García Page, aunque no con Fernández. Ambos guardaron esta vez las distancia- saludo cordial y apenas un tibio intercambio de palabras-y, ante todo, prudencia sobre sus expectativas ante la investidura.
“Lo mejor que puedo hacer es estar callado”, despejó el presidente en funciones, ‘acorralado’ por los periodistas. No obstante, sí admitió el líder del PP que la relación con su nuevo interlocutor en el PSOE es ahora “más fácil” que en la época de Sánchez, cuando los puentes de comunicación entre los dos principales partidos estaban completamente rotos. Otros dirigentes, tanto populares como socialistas, coincidían en la tesis y celebraban que las relaciones estuviesen restablecidas.
Buscado permanentemente por los periodistas, Fernández compartió el tono discreto de Rajoy. “Tengo la sensación de que me entienden más fuera que dentro”, fueron sus únicas palabras ante la situación que vive el PSOE. El responsable de la gestora socialista fue de los más prudentes ante los periodistas y guardó con llave la posibilidad de que su partido acabe decantándose por la abstención.
La prudencia ha marcado las respuestas de otros barones socialistas. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se mostró convencido de que no habrá terceras elecciones, pero al mismo tiempo admitió que el PSOE ha pasado por una operación de trasplante y «todavía sigue en la camilla con riesgo de hemorragia». Por su parte, el extremeño Guillermo Fernández-Vara, reconoció que el partido está atravesando un momento delicado y que costará recomponerlo, pero como sus compañeros confió en que se evitarán las terceras elecciones, sin explicitar que el PSOE se vaya a abstener.
En la recepción también estaba el portavoz del PSOE en el Congreso y ex mano derecha de Pedro Sánchez, Antonio Hernando, confiado en que sabrá explicar a su partido y a los militantes por qué ha decidido seguir ejerciendo de portavoz bajo la actual dirección del PSOE, aunque asumió la dificultad de la tarea que tiene por delante: defender en el Congreso la abstención a un gobierno del PP.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, se mostraron convencidos de la abstención, para la que Rivera incluso ha puesto fecha: el sábado 29. El día de la posible votación de investidura genera, no obstante discrepancias, y algunos aventuran que Rajoy saldrá investido el día 30, domingo.
En la formación de centro la única duda, revelada por el mismo Rivera, es cómo los socialistas escenificarán la abstención: si con once diputados, o con el grupo parlamentario al completo.
Salones repletos
Pese al hermetismo de unos y otros, en la recepción de la Fiesta Nacional se respiró un aire optimista ante la posibilidad de que, diez meses después, se vea salida a la parálisis institucional. El ánimo del monarca, sereno un día después de convocar una nueva ronda de consultas, disparó también el pronóstico de una pronta investidura.
Miembros del Gobierno, presidentes autonómicos,personalidades de la agenda social… Entre los 1.300 invitados de la recepción se han dado cita desde ministros a periodistas como Carlos Herrera o Susanna Griso, o dirigentes históricos como Rodolfo Martín Villa, ministro de Gobernación en el gobierno de la UCD entre 1976 y 1979.
El Gobierno en funciones hizo prácticamente pleno, aunque tres de sus ministerios no están ocupados en la actualidad. La presidenta del Congreso, Ana Pastor, mostró su buena sintonía con la ministra Agricultura, Isabel García Tejerina. De Guindos, presente en el desfile, no asistió en cambio a la recepción en el Palacio Real.
Entre las ausencias, la habitual del líder de Podemos, Pablo Iglesias, de la alcaldesa Manuela Carmena-esta vez en Bogotá- y de los independentistas. En las animadas conversaciones apenas se reparó en que no estaban presentes, pese a que desde Podemos emplearon el día en agitar en las redes su rechazo a la Fiesta Nacional.
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