Sánchez espera al 1 de agosto, con España de vacaciones, para aprobar las restricciones energéticas

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Aunque el Gobierno ha venido negando con insistencia que España sufra problemas de suministro de gas -OKDIARIO ya reveló que se había constituido un «comité de crisis» para hacer frente a las restricciones- Pedro Sánchez ha acabado asumiendo la realidad. El socialista ha aprovechado una comparecencia propagandística en La Moncloa para avanzar que, el próximo lunes, en la última reunión del Consejo de Ministros antes de las vacaciones, el Gobierno presentará a los españoles el plan para «el ahorro y la eficiencia energética». Un conjunto de medidas ante un previsible recorte del suministro energético por parte del «enemigo» Vladimir Putin, como le ha definido Sánchez. El socialista ha asumido que Europa vive «la amenaza» del corte del suministro de gas ruso.

En este contexto, Sánchez ha avanzado asimismo que el Gobierno trasladará en septiembre dos propuestas ante la Comisión Europea: una reforma del mercado eléctrico para desacoplar el precio del gas a la electricidad y una nueva intervención en el mercado energético para poner un tope al precio de las emisiones de CO2.

Inflación

Sánchez se ha mostrado «convencido de que son dos medidas que van a doblegar la curva de la inflación». El anuncio se ha producido precisamente el mismo día en que el IPC ha batido un nuevo récord al situarse en el 10,8%. 

Pese a tratarse del peor dato de los últimos 38 años, Sánchez ha enfatizado que sus propuestas frente a la situación económica han permitido aliviar esa subida desbocada. Según sus estimaciones, sin esas medidas la inflación estaría «en el 15%». Un cálculo de difícil comprobación que el Gobierno enarbola en las últimas semanas como escudo ante el alza incesante de los precios.

El socialista ha admitido que el dato del IPC conocido este viernes es «malo» y que la inflación es «la principal preocupación de la economía global y de los gobiernos europeos» y «la principal ocupación» del Gobierno. Sus recetas «anticrisis», sin embargo, se han demostrado hasta ahora claramente ineficaces. La subida desbocada de la inflación, que encadena varios meses de ascenso, se debe principalmente al alza de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas y de la electricidad, y al comportamiento del vestido y calzado, cuyos precios bajan menos que el año pasado.

Impuesto

Buena parte de su intervención la ha dedicado el jefe del Ejecutivo a arremeter contra la oposición por su «falta de apoyo», preguntándose, en varias ocasiones, «qué intereses está defendiendo la derecha y la ultraderecha en esta situación tan difícil». En este punto ha defendido especialmente el impuestazo a la banca y las empresas energéticas que el Gobierno prevé aprobar en los próximos meses.

El presidente, asumiendo el perfil de Podemos, ha cargado contra los dirigentes de entidades financieras y empresas energéticas por sus críticas a los nuevos impuestos planteados por el Gobierno.

«He escuchado a la señora Botín, al señor Galán… si protestan es que vamos en la buena dirección», ha defendido. Ha destacado, asimismo, que estos empresarios son «los mismos» que protestaron y dijeron que subiendo el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y con la reforma laboral «se iba a caer España y a expulsar muchos trabajadores del mercado laboral». «Ha sucedido lo contrario», ha considerado el presidente.

Sánchez ha esquivado sus responsabilidades en la crisis económica que padecen los españoles y, en su lugar, ha descargado en las energéticas y las entidades financieras la responsabilidad de «ayudar a país a salir de esta situación». «Arrimar el hombro no es un eslogan, es una obligación», ha espetado.

La idea del Gobierno es gravar temporalmente con un tipo del 4,8% los intereses y las comisiones netas de las entidades financieras con ingresos superiores a los 800 millones de euros, y con un tipo del 1,2% las ventas totales de las energéticas que facturen más de 1.000 millones de euros al año. Igualmente se impondrán sanciones para aquellas compañías que trasladen el impuesto a los usuarios.

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