Sánchez activa el modo electoral, roba a Podemos sus medidas más populistas y deja a Díaz sin sonrisa
Podemos, a excepción de Yolanda Díaz, aplaudió que Pedro Sánchez asumiera sus tesis
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Triunfalismo en las filas del Partido Socialista con el primer discurso de Pedro Sánchez en un Debate del Estado de la Nación. «Volvemos a marcar la agenda frente a nuestros socios» aseguraban fuentes gubernamentales, ayer por la tarde, tras finalizar las intervenciones de los principales grupos parlamentarios. Era el objetivo de Sánchez. Coger la bandera social que hasta ahora alzaban Podemos y Yolanda Díaz para liderar las medidas, muchas de ellas que promovieron los morados en su programa electoral, de cara a las próximas citas electorales.
La vicepresidenta segunda, en una entrevista el pasado domingo, quiso asestar un golpe al presidente criticando que el Gobierno no tenía alma. Y este le ha respondido con «cercanía, empatía, primera persona… corazón e inteligencia», según fuentes cercanas a Sánchez que afirman «hizo un discurso muy seguro de sí mismo y dirigiéndose a la ciudadanía en primera persona». Una batería de medidas que neutralizan las críticas de la promotora de Sumar. Hasta dejarla en silencio.
Con una intervención llena de titulares -que no había compartido con sus socios de Gobierno- pero con muy poca concreción en los mismos, el jefe del Ejecutivo, consiguió noquear al espacio podemita que no supo cómo diferenciarse del PSOE. La bancada de Unidas Podemos aplaudió -menos la vicepresidenta Díaz que moderó sus emociones- que el presidente asumiera sus tesis. No les quedó otra, aún al malestar de no saber el alcance de las medidas. Unas ideas que han dejado de ser suyas, pese a que llevan años reivindicándolas e intentando convencer a un PSOE que les respondía qué no podían ser, para llevar el sello de Sánchez.
En Moncloa subrayan que el discurso del presidente tuvo «un fuerte contenido ideológico». Y que gracias a hacerse suyas propuestas como la de la creación de un nuevo impuesto para las eléctricas y la banca, que pocos se esperaban, «cohesiona más que nunca al Gobierno» que no pasa por su mejor momento. Es la imagen que intentan transmitir los dos socios. Aunque todos saben que no es así. Pedro Sánchez volvió a repetir que su objetivo es convocar las elecciones en diciembre de 2023. Y anunció otra vez que seria candidato.
Pero no todos los que ocupan un escaño en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo se lo acaban de creer. Para muchos el discurso de ayer fue el pistoletazo de salida a una precampaña electoral que está por ver si será más corta o más larga. Entre sus socios, sin ir más lejos, la portavoz de Coalición Canaria Ana Oramas apuntaba a que «huele a prorroga presupuestaria» y en Podemos a que «es capaz de adelantar las elecciones sin consultar a nadie, si los sondeos le sonríen, incluso este mismo año». Por eso uno de sus principales apoyos, Esquerra, hablaba nada más escuchar al presidente de «campaña de márketing».
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