España

Romeva hace el ridículo en la BBC defendiendo la independencia

Los líderes de Junts pel sí fracasan en su intento de "internacionalizar el proceso"

La imagen del presidente Artur Mas balbuceando ante las cámaras de la CNN, incapaz de explicar para qué quiere declarar la independencia de Cataluña, mostró en junio de 2014 el naufragio de su estrategia de «internacionalizar» el proceso soberanista.

Pese a que había concebido la entrevista como una gran oportunidad para dar a conocer ante el mundo sus tesis independentistas, el presidente de la Generalitat soportó estoicamente la humillación de ser presentado como «Arturo Mas» por la periodista Christiane Amanpour y acabó reconociendo que la mayoría de los catalanes están en contra de la independencia. Entonces, ¿para qué quiere convocar un referéndum?, se preguntaba en voz alta la estrella de la CNN.

La escena se ha repetido ahora con otro protagonista, el número 1 de la candidatura Junts pel Sí, Raül Romeva. En una entrevista, el presentador de la BBC Stephen Sackur puso contra las cuerdas al candidato independentista quien, al menos, se defendió en un inglés mucho más pulcro que el de Artur Mas.

Acostumbrado a las entrevistas complacientes de TV3, Romeva se estrelló una y otra vez ante un presentador que le colocó frente a las contradicciones de Junts per sí y frente a la cruda realidad: las consecuencias económicas que tendría la salida de Cataluña de la UE.

Los líderes de CDC y ERC, junto con los autodenominados «representantes de la sociedad civil» de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), se han marcado como objetivo prioritario ganarse el favor de la opinión pública internacional para que el Gobierno español se vea forzado a negociar el proceso de secesión de Cataluña. Hasta ahora, este propósito se ha saldado con un sonoro fracaso.

Se estrella contra Merkel y Cameron

Primero Angela Merkel y luego el primer ministro británico, David Cameron, han torpedeado la estrategia de Artur Mas al recalcar que Cataluña se verá expulsada automáticamente de la Unión Europea (UE) si cumple su amenaza de proclamar la independencia. El hipotético Estado catalán tendrá que «ponerse a la cola» de los países que, como Turquía, llevan años solicitando su incorporación a la UE, explicó gráficamente Cameron.

De poco ha servido que la Generalitat contrate al lobby Independent Diplomat, dirigido por el ex embajador británico Peter Collecott para ganarse el favor de las principales cancillerías europeas. Artur Mas remitió el 13 de diciembre de 2013 una carta a los ministros de Asuntos Exteriores de todos los Estados miembro de la UE, en la que recalcaba que «nuestro pueblo desea continuar formando parte de la UE y permanecer en la zona euro».

Y añadía: «Simplemente es falso declarar que Cataluña dejará de ser un Estado miembro de la UE de la noche a la mañana». La misiva obtuvo una gélida respuesta del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. Apenas tres meses antes, Barroso ya se había negado a recibir al presidente catalán durante una visita de éste a Bruselas.

Un presidente «golpista»

Algo similar ocurrió el pasado mes de abril, durante una «gira internacional» de Artur Mas por EEUU. La única personalidad relevante con la que tenía previsto reunirse, el gobernador de California Jerry Brown, canceló la cita por motivos familiares. De este modo, el «viaje oficial» de Mas quedó reducido a una conferencia organizada por el profesor independentista Xavier Sala i Martin en la Universidad de Columbia, un encuentro con la «comunidad catalana» de Nueva York y las consabidas declaraciones ante un puñado de periodistas del Principado.

Pese a que la Generalitat gasta sumas millonarias de dinero público en esta estrategia de «internacionalización», sigue estrellándose contra la realidad. El mejor ejemplo de ello es el reportaje publicado el pasado mes de agosto por el prestigioso diario alemán Handelsblatt, en el que se presentaba a Artur Mas como un «presidente golpista» decidido a quebrar la Constitución española.