ENTREGA DEL SÁHARA

Rabat toma el pelo a Sánchez: desmiente las aduanas en Ceuta y Melilla que el presidente prometió

El Gobierno de Marruecos descarta la puesta en servicio de puestos fronterizos aduaneros en Ceuta y Melilla

Feijóo se reúne por sorpresa con el primer ministro de Marruecos y le promete una relación «fiable»

PEDRO sánchez marruecos
Pedro Sánchez con Mohamed VI en Rabat.
Joan Guirado

En Rabat, tras la reunión con Mohamed VI, Pedro Sánchez vendió como principal acuerdo la creación de puestos aduaneros en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Según el presidente del Gobierno, con este gesto por parte del Gobierno marroquí, Marruecos reconocía de facto la españolidad de ambas localidades. Pese a que no existiera compromiso alguno por escrito, en los documentos sellados, de respetar la soberanía nacional. Este viernes, en una entrevista el director general de Aduanas, Nabyl Lakdhar, ha dejado claro que el rey de Marruecos le tomó el pelo a Sánchez. O que este anunció algo que no habían hablado.

El Ejecutivo del país vecino descarta la puesta en servicio de puestos fronterizos aduaneros. Rechazan esta posibilidad por la falta de espacio en las zonas de cruce de pasajeros. Pero en el fondo, con esta marcha atrás o reconocimiento de la mentira de Sánchez, lo que hace Rabat es no reconocer la españolidad de Ceuta y Melilla.

Lakdhar, en declaraciones al semanario Tel Quel, recuerda que “para desarrollar operaciones comerciales, es necesario construir infraestructuras” y “hoy en día ni siquiera las condiciones geográficas lo permiten”. Para Marruecos, según su representante, la creación de aduanas en las dos ciudades fronterizas  no es un tema de actualidad”. “Los cruces de Ceuta y Melilla son solo pequeños pasillos”, afirma Nabyl Lakdhar, mientras que para “los controles aduaneros se necesita mucho más espacio”.

En el caso de Ceuta, sin ir más lejos, el director general de Aduanas alega que “no disponemos de la superficie necesaria para plantearnos tal proyecto». En esta ciudad, desde la independencia de Marruecos en 1956, nunca ha existido una instalación similar. El representante del Gobierno marroquí señala que “necesitaríamos varias decenas de hectáreas para construir áreas de visita, de control, etcétera”. En Melilla sí había existido una frontera mercantil hasta hace cuatro años. Pero la previsión, según Rabat, es que no se vuelva a reabrir.

Sánchez, tras su paso por Rabat, consideró que la relación de «buena vecindad» y los «intereses y desafíos compartidos» son suficientes para considerar que Marruecos respetará la integridad territorial del Estado. Desde el Palacio Real, el jefe del Ejecutivo, apuntó que con lo acordado entre él y Mohamed VI «se garantiza el respeto mutuo e integridad territorial de ambos». Las declaraciones del representante del Gobierno marroquí demuestran que este, en ningún momento, ha dado dichas garantías a la administración de Pedro Sánchez a cambio de su cambio de posición respecto al Sáhara.

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