Pons dice que Trump «es el macho alfa de una manada de gorilas» y el «enterrador de la democracia»
La victoria abrumadora que Trump ha conseguido en las urnas le parece a Pons “el entierro de los valores democráticos"
El eurodiputado popular Esteban González Pons ha expresado su entusiasmo por la obispa anglicana Mariann Budde tras su enfrentamiento con Donald Trump. En un artículo publicado este domingo titulado Una obispa así quiero yo, González Pons describe a Budde como «menuda y enjuta como un Harry Potter episcopaliano», comparándola nada menos que con el legendario manifestante de Tiananmén.
Mientras el mundo se rinde a Trump y su «revolución del sentido común», Pons vive una epifanía política con la obispa de izquierdas por haber tenido el coraje de plantarle cara Trump. El eurodiputado considera al presidente americano como una amenaza al Estado de derecho, «un macho alfa de una manada de gorilas» ante el que nadie rechista.
La victoria abrumadora que Trump ha conseguido en las urnas le parece a Pons «el entierro de los valores democráticos al que asistimos en medio de un vergonzoso silencio general», una valoración que sintoniza a la perfección con Pedro Sánchez.
El vicesecretario institucional y eurodiputado del PP, visiblemente impresionado por la valentía de la religiosa, llega incluso a sugerir que la Iglesia Católica debería seguir el ejemplo anglicano y ordenar mujeres, en lo que podría interpretarse como un sorprendente giro progresista.
La religiosa había pedido a Trump tener «misericordia» con diversos colectivos vulnerables: la comunidad LGTB, los trabajadores migrantes que «recogen nuestras cosechas y limpian nuestras oficinas», y quienes «hacen los turnos de noche en los hospitales», escribe en Las Provincias.
Cautivado por la religiosa, Pons aplaude a Budde por pedir ante Trump «por los jóvenes homosexuales, por los sin papeles que lavan nuestros platos en los restaurantes, por los niños cuyos padres pueden ser deportados, por los refugiados que huyen de la guerra y la persecución…».
Al mismo tiempo que los líderes europeos se apresuraban a congratular a Trump en Twitter, Budde optó por un enfoque menos diplomático pero más directo: recordarle al presidente sus obligaciones morales con los marginados, justo en medio de su ceremonia de investidura.