La cacería contra Monasterio por su titulación fue obra de los podemitas: la denuncia la puso el edil Calvo
La líder de Vox en Madrid, Rocío Monasterio, ha sido acusada de realizar proyectos de arquitectura sin la requerida titulación. La Comisión de Deontología del Colegio de Arquitectos de Madrid ha rechazado el caso. Pero la reclamación contra ella no fue anónima: fue teledirigida por el concejal de Más Madrid y una de las figuras clave de Manuela Carmena, José Manuel Calvo del Olmo.
Calvo aprovechó su condición de arquitecto para exigir la investigación profesional de Monasterio. El aún concejal lo fue como concejal delegado entre 2015 y 2019 del Área de Gobierno de Desarrollo Sostenible del consistorio, en la época en la que Manuela Carmena lideraba el Ayuntamiento de Madrid y contaban todos ellos con el respaldo pleno de Podemos. Ahora Calvo del Olmo se encuentra en las filas del partido de Íñigo Errejón.
Las informaciones y documentos a los que ha tenido acceso OKDIARIO prueban que la persona que ha estado al corriente de las reclamaciones para realizar la caza de brujas a Rocío Monasterio en el Colegio de Arquitectos de Madrid ha sido el citado concejal: una persona que no ha dudado en convertir la institución profesional en su campo de batalla político particular. Hay que recordar que las informaciones publicadas por el diario El País acusaron a Rocío Monasterio de haber firmado proyectos de arquitectura sin tener la necesaria titulación. En base a esas informaciones se presentó una denuncia ante el Colegio de Arquitectos de Madrid. Pese a ello, la Comisión de Deontología del Colegio decidió archivar la denuncia porque los hechos denunciados “no pueden ser objeto de expediente disciplinario”, tal y como publicó OKDIARIO.
El periódico del Grupo Prisa aseguraba que Rocío Monasterio, presidenta de Vox en Madrid y diputada autonómica, había presentado su proyecto de fin de carrera de Arquitectura en octubre de 2009. Que el 21 de diciembre de 2009, se inscribió en el Colegio de Arquitectos de Madrid como colegiada. Y que, según publicaba El País, Monasterio llevaba nueve años al frente de un estudio de arquitectura con su propio nombre desde el que se habían realizado previamente distintos proyectos con los planos firmados por ella.
El Comisión de Deontología del Colegio de Arquitectos ha contestado a la denuncia presentada señalando que “una vez practicadas las diligencias suficientes para el esclarecimiento de los hechos objeto de la queja […] contra la arquitecto Doña Rocío Monasterio San Martín, colegiada 18.725, resulta de las mismas que: el denunciante reprocha a la arquitecto posibles actos de intrusismo […] por ejercer la profesión de arquitecto careciendo de la titulación exigida y la colegiación correspondiente”.
Esa misma denuncia dejó constancia de su autor. El mismo, por cierto, que sigue en estos momentos presionando ante su evidente disgusto porque la decisión colegial haya sido estrictamente profesional y no de su agrado político. Y esa persona, tal y como ha confirmado este diario no es otra que el concejal de Más Madrid: “La queja formulada por D. José Manuel Calvo del Olmo”.
Lo último en España
-
Talayuela, el pueblo con más musulmanes de Extremadura, nuevo bastión de Vox: «Aquí no hay feminismo»
-
Es oficial: así te puedes apuntar a la San Silvestre 2025 de Sevilla cuanto cuesta, horario, fecha y recorrido
-
La AEMET avisa sobre la posibilidad de nieve en la Comunidad Valenciana: estas son las zonas afectadas
-
Horario del Metro de Madrid y los autobuses en Nochebuena y Navidad 2025
-
Los militares de la Base de Rota de Cádiz avisan sobre los peligros de la Navidad: «Si tienes un árbol real…»
Últimas noticias
-
El PIB creció una décima menos de lo previsto: un 0,6% en el tercer trimestre
-
La rebelión del campo mallorquín: 56 fincas desafían al cambio climático plantando 2.424 árboles frutales
-
Los OK y KO del martes, 23 de diciembre de 2025
-
Talayuela, el pueblo con más musulmanes de Extremadura, nuevo bastión de Vox: «Aquí no hay feminismo»
-
Ni la cocina ni el salón: el lugar recomendado para tener una lengua de suegra en casa, según la tradición china