Podemos y su CHECA 2.0
Eduardo Fernández Rubiño no suele fallar. Es uno de los políticos menos conocidos del partido morado pero uno de los más poderosos. Es su jefe de redes sociales. La persona que dirige a los hasta ahora desconocidos ‘400 de Podemos’. Desde hace tiempo que mis amigos de las fuerzas del orden me dicen que hay 400 seguidores de Podemos que cuelan a sus usuarios en las páginas oficiales de todos los partidos políticos. “Son los encargados de crear los hashtags y generar trending topics para dar la impresión de unanimidad en las redes sociales”, me dicen. Pero es todo falso. Su único fin es ése: atacar y generar corrientes de opinión ficticias.
Hace unas semanas me dijeron que Fernández Rubiño había advertido a sus correligionarios que tuviesen cuidado con Inda: “tiene a un hacker al que llaman Mnemósine que controla todo lo que borramos en las redes sociales”. Por eso, también, como en las checas controlan todo lo que escriben “los suyos” para evitar los juicios sumarísimos de la prensa; sobre todo los de OKDIARIO. ¿Por qué si no la diputada por Cádiz en el Congreso, Noelia Vera, borró tras un escaso medio minuto en Internet un Tweet que comparaba a Albert Rivera con Eduardo Inda?
Sin embargo, hasta hoy no sabíamos que en Podemos mienten hasta con sus trolls. Gracias a un Tweet perdido de Eduardo Fernández Rubiño, que borró tras un escaso minuto, sabemos varias cosas: 1. Los ‘400 de Podemos’ no existen. Son ocho y la madre, es decir, Eduardo Fernández. 2. Que cada uno de los miembros de ese equipo maneja múltiples usuarios con los que tienen la checa 2.0.
Este ejército de TROLLS funciona para atacar al resto de partidos políticos como a Rivera en el debate de la Sexta o a los periodistas incómodos con sus comentarios en las redes sociales. No intenten defender a un partido político que no sea Podemos: le insultarán. No intente expresar una crítica hacia el mesías: le llamarán facha. Su manual es simple, y como en las checas, interrogan las redes sociales, acosan al contrario, eliminan toda crítica hacia su Kim Jong-un e inoculan su mensaje a gritos para tapar las ideas de los demás. Han convertido las redes sociales en su arma de represión. En su checa 2.0.