El PNV quiere ahora negociar los Presupuestos por temor a un adelanto electoral
El PNV quiere iniciar la negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) esencialmente por una cuestión: evitar un adelanto electoral, en un escenario autonómico muy incierto para el partido por la competencia de Bildu y, a nivel nacional, el ascenso de Ciudadanos.
La posibilidad de que Mariano Rajoy acabe convocando elecciones en 2019, una vez se celebren las elecciones municipales y autonómicas genera temor en el partido vasco. Por varias cuestiones: por el riesgo de perder representación en el Congreso-cinco diputados, hoy muy cotizados para el Gobierno-porque ello impediría mejoras para la comunidad que ‘vender’ luego en campaña y por el posible ascenso de Ciudadanos, partido muy crítico con el sistema del Cupo. Al País Vasco le corresponde celebrar sus autonómicas en 2020.
Según el último barómetro del CIS, el PNV bajaría una décima en sus aspiraciones electorales-hasta el 1,2 por ciento-si las elecciones se celebrasen ahora. Mientras que EH Bildu subiría una décima, hasta el 0,8 por ciento.
La competencia electoral con Bildu es un factor clave que condiciona la política del Gobierno vasco y que le obliga a un difícil equilibrio: mantener la distancia con el Ejecutivo en su política en Cataluña, mientras negocia el apoyo a sus cuentas.
Los nacionalistas han condicionado su disposición a hablar de los Presupuestos a que el Gobierno levante el 155 en Cataluña. Una vez esto ocurra, no aprecian muchos más problemas. Tampoco en el PP, donde sostienen que «no hay discrepancias materiales con los Presupuestos», con lo que las únicas dificultades dependen de «su cálculo político».
A nivel económico, el PNV está satisfecho-las últimas cuentas ya incorporaron ventajas históricas, como la importante rebaja del cupo y la devolución de 1.400 millones, además de 4.000 millones de euros para inversiones, en especial, para la conocida como ‘Y’ vasca.
Sin embargo, la presión electoral podría incorporar a la negociación ciertas contrapartidas, difícilmente aceptables por el PP, y relativas a sus viejas reivindicaciones, como el acercamiento de presos, el traslado de las competencias sobre prisiones o la Seguridad Social propia. Reclamaciones que sobrevuelan en todas las negociaciones entre Gobierno y PNV, aunque, finalmente, siempre hayan quedado aparcadas.
Temor a C’s
Al Ejecutivo le preocupa, sobre todo, que la situación en Cataluña se complique y exija prorrogar el 155. En ese caso, fuentes gubernamentales asumen que los peneuvistas tendrían más difícil justificar la negociación. Las conversaciones entre ambos partidos están bloqueadas precisamente desde que el órdago independentista alcanzó máximos, el pasado septiembre. Y en el Gobierno siempre se ha entendido que el PNV, por cuestión de estrategia, guardase sus distancias.
El trámite estará por tanto condicionado por la evolución de la investidura de Jordi Turull como próximo president, y de si el nuevo Govern incurre en ilegalidades. Los factores que determinarán que el Gobierno decida mantener la aplicación del artículo de la Constitución.
Mientras, PNV y Ciudadanos han dejado en las últimas semanas claras sus enormes diferencias. El presidente de la formación nacionalista, Andoni Ortuzar, consideró recientemente que el partido de Albert Rivera es en la actualidad «el mayor problema» de la política española por su «populismo atroz».
«Intentar hacer política a golpe de encuesta y de titular periodístico no es lo mejor para el país. Tras los resultados de Cataluña, a Rivera le salen escaños en los ojos como al Tío Gilito le salían dólares. Es irresponsable y si la solución a los problemas de España viene de ese proyecto, el pronóstico es malo», criticó Ortuzar en una entrevista en Onda Cero, hace unos días.
El nacionalista aseguró, por el contrario, que el PNV es un partido «institucional y de gobierno», al que le gustaría tener los Presupuestos aprobados.
Rivera respondió afirmando que el partido nacionalista está «preocupado» porque sabe que si Cs gana las elecciones no podrán seguir haciendo los «chanchullos» que ha hecho con Mariano Rajoy al frente del Ejecutivo.
«Los chicos de Sabino Arana y el ‘cuponazo’ (por el cupo vasco) no nos pueden dar muchas lecciones de igualdad y solidaridad», ha dicho Rivera a los periodistas en los pasillos del Congreso. Y ha señalado que el PNV «está preocupado porque sabe que si Ciudadanos gana las elecciones» no podrán seguir con los «privilegios y chanchullos que han hecho con Rajoy».
«No podrán hacerlos con nosotros, porque defendemos la igualdad de todos y un modelo de financiación justo para todos, no solo para unos pocos», ha añadido.
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