Una plaga de ratas campa a sus anchas en la zona de equipajes de la terminal 1 de Barajas
También corren por las dependencias de la Guardia Civil, alerta Jucil, denunciando la situación en la que trabajan los agentes
Las ratas campan a sus anchas en la Terminal 1 del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas y en las dependencias de la Guardia Civil. Jucil, la asociación mayoritaria de la Benemérita, ha dado la voz de alarma, denunciando las condiciones de insalubridad a las que se enfrentan los agentes en el aeropuerto. Una denuncia pública hecha este viernes acompañada por las imágenes que evidencian la presencia de roedores.
«Esta situación ofrece una imagen de desidia en uno de los aeropuertos más importantes de Europa y el más relevante de España», lamenta esta asociación.
Jucil denuncia que los agentes se ven obligados a trabajar en «un entorno insalubre que representa un riesgo «no sólo para los guardias civiles, sino también para el resto de trabajadores y los miles de pasajeros y acompañantes que transitan por la terminal».
En la zona de recogida de equipajes se han avistado ratas corriendo a sus anchas y en los lugares habilitados como oficinas para la Guardia Civil han tenido que convivir con roedores muertos. «Aun así, los restos de sangre persisten en sillas y paredes casi un mes después de haber sido retirados los cuerpos de los animales», critica.
Situación tercermundista
Esta imagen tercermundista también se dio el pasado 2 de julio, cuando miles de viajeros quedaron atrapados en los controles de pasaportes de la Terminal 4 y la T4-S. Una situación de auténtico caos, con colas interminables que afectaron a miles de viajeros.
Esta lamentable imagen volvió a repetirse semanas después cuando la plaga de chinches de la Terminal 4 de Barajas se extendió a la Terminal 1 e infestó los vestuarios masculinos de la Policía Nacional, como informó en exclusiva OKDIARIO. Un problema del que alertó Jupol, la asociación mayoritaria de la Policía Nacional, hermana de Jucil, denunciando también la «inadmisible situación» que padecían los agentes, «acribillados» por los chinches.
Los policías nacionales llevaban desde principios de julio alertando al aeropuerto de este problema tras detectar chinches en los bancos, taquillas, paredes y techos de los vestuarios, donde se cambian de ropa y descansan durante sus turnos, pero, según Jupol, las denuncias habían sido «ignoradas por los responsables del aeropuerto, que optaron por mirar hacia otro lado en lugar de actuar de forma urgente y eficaz».
Días después, la plaga de chinches siguió expandiéndose, como informó también en exclusiva OKDIARIO, alcanzando nuevas dependencias policiales: la zona común de la comisaría de la T1, por las que pasan diariamente «en torno a un centenar de agentes», además de personal del servicio de limpieza y mantenimiento de Aena.
Jupol culpó de la propagación a Aena «al trasladar el mobiliario infestado a esas dependencias policiales». Finalmente, a finales de julio se llevó a cabo una fumigación que acabó con la plaga, pero «por parte de la Policía, después de que Aena se negara», según denunció este sindicato.
Problema de limpieza generalizado
Jucil afirma que este «problema de limpieza» en las dependencias de la Benemérita en el aeropuerto de Barajas no es un hecho aislado, sino una constante en todos los lugares de trabajo de los agentes en Comunidad de Madrid. Una «alarmante situación» que ya ha denunciado ante la Comandancia de Madrid.
En un primer escrito reclamó una limpieza general de los puestos de trabajo en la región, incluyendo las dependencias policiales en Barajas. Ante la falta de respuesta, este pasado martes ha presentado un segundo exigiendo de forma urgente la fumigación y una limpieza exhaustiva del mobiliario y las dependencias afectadas en el aeropuerto.
Jucil subraya que la falta de limpieza es un problema más que se suma a la larga lista de precarias condiciones laborales en las que se ven obligados a trabajar los miembros del Cuerpo.
«Abandonados» por Marlaska
Esta asociación ha denunciado en reiteradas ocasiones la insuficiencia de medios, tanto humanos como materiales, que se evidencia en cuarteles con problemas de infraestructura -como el de Intxaurrondo, o el de la casa cuartel de Toledo, que este año tuvo que ser desalojada de urgencia ante el riesgo de desplome- y la falta de personal, con «más de 17.000 vacantes por cubrir», lo que les obliga a extender su horario laboral e incluso a doblar turnos.
Además, señala la problemática que existe con los vehículos terrestres, aéreos o embarcaciones marítimas, que son «anticuados o inútiles» para realizar el trabajo y la falta de chalecos de protección personal. Una situación a la que «se añade la diferencia salarial con las policías autonómicas».
«Lo último que faltaba es que, además de ganar menos y trabajar más, tengan que aguantar porquería en sus oficinas y pongan en riesgo su salud por un problema tan sencillo de atajar como es la limpieza», declara Jucil, destacando que los agentes, además de arriesgar su vida para proteger a los ciudadanos, se están viendo obligados a convivir con la suciedad en sus puestos de trabajo debido al «abandono» que sufren por parte del Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska.
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