España

Casado: «Zapatero generó el independentismo con el Estatut y ahora Sánchez intenta hacer lo mismo»

El vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, opinó que es una «irreponsabilidad» que el PSC «sea la muleta del independentismo» tras conocer que alcaldes socialistas en Cataluña no se opongan a la celebración del referéndum ilegal el 1 de octubre.

Los alcaldes de Gerona, de la Escala y Blanes, entre otros, son reacios a poner «palos en las ruedas» a sus socios de gobierno (fuerzas independentistas) y se abren a que los catalanes voten el referéndum ilegal, tal y como publicó OKDIARIO. Para Casado esto supone una «irresponsabilidad» y aseguró que «sonrojaría a más de un socialista» en la rueda de prensa posterior a la Ejecutiva del partido.

«Es un proceso que no va a ningún lado» y explicó que «de esos polvos, vienen estos lodos». Según Casado, fue el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero quien avivó la llama independentista aprobando el ‘Estatut’ catalán. «El Estatut fue lo que hizo que el apoyo al independentismo subiera de un 20 al 40%», dijo Casado.

El ‘popular’ fue más allá asegurando que «Zapatero y Maragall generaron el independentismo con el Estatut y ahora Sánchez intenta hacer lo mismo con la plurinacional».

Parafraseando la famosa frase de la vicepresidenta, Casado señaló que «no se puede soplar y sorber a la vez» por lo que Sánchez deberá de pensar «si apoya la plurinacionalidad o la unidad de España». «Y si quiere cambiar la Constitución tiene que venir a las Cortes con Puigdemont, ERC y la CUP, malos compañeros de viaje. Para ese viaje no hacen falta alforjas, ni ‘Declaraciones de Granada’», señaló el ‘popular’.

Casado lanzó un mensaje contundente al partido de la oposición señalando que esta decisión supone «ir en dirección opuesta» a las sentencias, la Comisión de Venecia, Europa y el resto de instituciones que se han pronunciado reiterando la ilegalidad de la consulta.

«Relaciones normales» con el PSOE

Casado recalcó que es habitual que en todos los países haya una relación normal entre el Gobierno y el principal partido de la oposición y ha defendido que eso ocurra también en España. «Por responsabilidad, no por partidismo, nuestra obligación es intentar llegar a acuerdos al menos en los asuntos fundamentales, y, si no, ellos verán», destacó tras recordar la pérdida de escaños de los socialistas en elecciones celebradas hace justo un año después de intentar llegar a acuerdos con Podemos.

Pese a su intención de entenderse con el secretario general del PSOE, Rajoy criticó decisiones últimas de los socialistas, como el cambio de opinión para no apoyar el Tratado de Libre Comercio de la UE con Canadá (CETA). Una actitud que, a su juicio, dice poco de la estabilidad de un partido que se considera alternativa de gobierno.

De la misma forma, según Casado, las reuniones que tiene previstas para mañana Sánchez con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y con el de Ciudadanos, Albert Rivera, son «un ‘dejá vu’ del circo del 2016», son «como el día de la marmota» y sólo sirven para ver «cómo se cortejan los perdedores» para intentar apear al PP de la Moncloa.

Al respecto, confió en que Ciudadanos esté a la altura de las circunstancias y, por ello, lamentó que el diputado de este partido Toni Cantó comparara «de forma desafortunada» la forma de financiarse del PP con el impuesto revolucionario de ETA.

Casado acusó al PSOE de estar en una competición a ver si es más extremista que Podemos o entorpece más la estabilidad política y económica del Gobierno y ha advertido de que esa competición sólo beneficia a los antisistema. Por ello, pidió a los socialistas que no se embarquen en el «cuanto peor, mejor» ni pretendan estar en una «eterna campaña electoral».

En ese sentido, precisó que la radicalidad puede haber servido a Sánchez para ganar las primarias, pero «España es mucho más que la mitad de la militancia socialista». «Ni siquiera en su partido tiene la unanimidad como para intentar conseguirla lanzándose otra vez en manos de Podemos», subrayó antes de preguntarse si los socialistas quieren esta «bajo el yugo de los populistas que no condenan la represión en las calles de Venezuela».