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Orense sufre otra oleada de incendios: los municipios de Pantón y O Bolo consumidos por las llamas

El incendio, iniciado el jueves a las 14:16 horas, ya ha arrasado unas 100 hectáreas

Un incendio cerca de la M-40 sorprende a los vecinos de Hortaleza y moviliza a 5 dotaciones de bomberos

La provincia de Orense está siendo afectada, nuevamente, este viernes por los incendios forestales. El fuego más grave está en el municipio de Pantón (Lugo), en la parroquia de Pombeiro. El incendio, iniciado el jueves a las 14:16 horas, ya ha arrasado más de 100 hectáreas, según los cálculos provisionales de la Consellería de Medio Rural.

Las autoridades han decretado el nivel 2 de emergencia, debido a la cercanía de las llamas al núcleo de Lornís, lo que obligó a desplegar medios aéreos y terrestres de gran intensidad. Durante la madrugada, un brigadista tuvo que ser evacuado al hospital por inhalación de humo, aunque su estado fue leve y recibió el alta pocas horas después.

Otro foco importante se encuentra en el municipio ourensano de O Bolo, concretamente en la parroquia de Vilaseco. Allí, el avance del fuego obligó a activar igualmente la situación 2 de emergencia ante el riesgo para el núcleo urbano de Santa Cruz.

En este caso, el incendio afecta a unas 20 hectáreas de superficie, y brigadas de extinción continúan trabajando intensamente para frenar las llamas.

El viento, el principal problema

El viento ha arrastrado el humo de estos incendios hasta la capital provincial, generando un ambiente irrespirable en muchos barrios. La estampa recuerda a episodios recientes en los que la ciudad se vio cubierta por una densa neblina tóxica.

Las autoridades sanitarias han advertido que este tipo de situaciones supone un «gran riesgo» para personas con problemas respiratorios, mayores y niños, recomendando reducir la actividad al aire libre y mantener ventanas cerradas en los hogares.

Un verano lleno de incendios

Orense ha vivido un verano lleno de incendios, llegando a tener un 7% de su territorio calcinado por las llamas y que provocó el nivel 2 de alerta provincial. La provincia de Orense, epicentro del desastre, concentraba los incendios más graves, ya que el fuego en Valdeorras se convirtió en uno de los más devastadores.

La combinación de altas temperaturas, ausencia de lluvias prolongadas y fuertes rachas de viento crearon un escenario ideal para la rápida propagación de las llamas. En muchos casos, los incendios alcanzaron zonas de difícil acceso para los equipos de extinción, ya que complicó las labores de control y obligó a desplegar tanto brigadas terrestres como medios aéreos.