España
CRISIS EN EL MAR ROJO

Moncloa abortó la misión UE del mar Rojo al enterarse Sumar de que tocaría a España dar órdenes de combate

España ostenta el mando de la Operación Atalanta y el Gobierno se enteró a última hora de que si hay un combate, la orden sería española

Sánchez y Yolanda Díaz hablaron sobre la propuesta de la misión de la UE y decidieron abortarla

Fue el pasado jueves 21 cuando la posición de España ante la UE sorprendió a prácticamente todos los socios que participaban de la decisión: el Gobierno de Pedro Sánchez se negó in extremis a que la Operación Atalanta, que ahora vigila la piratería en aguas del océano Índico, pasase a reforzar también la seguridad en el mar Rojo para evitar los ataques de los rebeldes hutíes a los mercantes internacionales que transitan por esa zona marítima. Moncloa tomó la decisión de dinamitar esa posible redefinición de la operación militar tras constatar que España estaría al mando de ella, que eso supondría tener que tomar la decisión de entrar en combate y que Sumar, su socio prioritario del Gobierno, se negaba a respaldar la misión.

Si en estos momentos no hay una misión de la UE protegiendo las aguas del mar Rojo es, principalmente, porque Pedro Sánchez así lo ha querido. Así de tajantes lo explican a OKDIARIO fuentes militares que han participado en el proceso de toma de decisiones que la pasada semana llevó a España a romper el consenso europeo en torno a la necesidad de una misión militar en esa zona.

El plan propuesto pasaba por enviar una fuerza marítima al estrecho de Bab al-Mandab, una franja de apenas 20 kilómetros que une las aguas del golfo de Adén con las del mar Rojo, y por las que pasan rumbo a Suez miles de grandes buques mercantes y petroleros que conectan Asia y Europa en los dos sentidos. Posiblemente, la zona de tránsito marítimo más vital para la economía mundial, y que está amenazada desde hace años por un grupo de rebeldes hutíes que, patrocinados por Irán, tratan de hacerse con el poder en Yemen, y cuya ferocidad ha despertado en las últimas semanas como apoyo a Hamás en su guerra contra Israel.

Misión con «letra pequeña»

En todo ese tablero de ajedrez geopolítico, España podría haber jugado un papel fundamental: como actual líder de la Operación Atalanta, que se dirige desde Rota a cargo de un vicealmirante de la Armada, España ostentaría el poder de esa misión en caso de que se redefiniesen sus objetivos. Pero esa «letra pequeña», la del mando -y la responsabilidad en la toma de decisiones-, no la conocía Moncloa tal y como explican las fuentes militares consultadas.

Por ello, el pasado 21 de diciembre, durante una reunión extraordinaria del gurpo RELEX de consejeros de Relaciones Exteriores de la UE que deciden la política de acción exterior europea, el consejero español anunció el no a esa redefinición de la Operación Atalanta. Un veto que se impuso a los otros 26 síes y dio al traste con la misión. Todo, explican quienes conocieron detalles de como se cocinó el giro radical de posición, se produjo después de que Moncloa analizase la propuesta al detalle y la pusiese en conocimiento de la vicepresidenta del Gobierno y socia prioritaria de Sánchez, Yolanda Díaz. 

El papel de España

Esa «letra pequeña» que Moncloa desconocía antes de dar su sí a prori a la misión implicaba que la base de Rota, que hasta ahora sólo se ocupaba de tomar decisiones sobre episodios de asaltos piratas a barcos en el Índico, pasaría a estar en primera línea de fuego en el mar Rojo junto a Estados Unidos, que lanzó su propia misión llamada Guardián de la Prosperidad.

En ese caso, si un buque militar aliado fuese atacado por los hutíes y fuese necesario un contraataque, sería el mando de la Operación Atalanta quien daría la luz verde. Es decir, un militar español. No es algo descabellado: destructores de EE.UU. ya están derribando drones armados y misiles de crucero en la zona.

Tras conocer esa peculiaridad y discutirla con su socio de Sumar, el Gobierno de Pedro Sánchez decidió salirse de la iniciativa y, con ello, tumbar la posible misión europea. Y así se lo comunicó al Ministerio de Defensa, que ya había puesto en conocimiento de Moncloa que si había luz verde a la misión, requeriría de medios más avanzados que los que actualmente están desplegados en la Operación Atalanta.

Sánchez, felicitado

Si el mes pasado la organización terrorista Hamás aplaudía la posición de Sánchez ante la respuesta de Israel a la masacre del 7 de octubre, estos días ha sido la cúpula de los rebeldes hutíes la que ha elogiado los movimientos del Ejecutivo español en el conflicto en el mar Rojo.

Así lo trasmitió la pasada semana el viceministro de Asuntos Exteriores hutí, Hussein Al-Ezzi: «Valoramos mucho la negativa de España a dejarse arrastrar por las mentiras americanas y británicas en materia de navegación marítima». Añadió «Saná respeta a todos los que respetan los hechos y espera que esas posiciones racionales continúen y se amplíen» al tiempo que deseó «que todos sigan distanciándose de las vergonzosas posiciones de Estados Unidos y Gran Bretaña que amenazan la paz y la seguridad».

En la misma línea, el presidente del Comité Revolucionario hutí, Mohamed Ali al Hutí, afirmó que «la salida de algunos países que EEUU había incluido previamente en la coalición internacional confirma el fracaso de la alianza» y que «los países que declinaron participar antepusieron sus intereses propios a la coalición».