España
Delitos de odio

Marlaska se olvida de la unidad de delitos de odio que prometió tras el bulo de Malasaña

El pasado mes de septiembre, cuando el Gobierno azuzaba mediáticamente una agresión homófoba en el barrio madrileño de Malasaña que terminó descubriéndose como un bulo intencionado, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presidió una reunión extraordinaria de la Comisión de Seguimiento de los Delitos de Odio. De aquella reunión surgió un plan estrella auspiciado por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska: la creación de unidades especiales de Policía Nacional y Guardia Civil para perseguir este tipo de delitos. Dos meses después Interior se ha desentendido de aquel plan.

Ya han transcurrido dos meses desde aquella reunión extraordinaria que el Gobierno convocó, deprisa y corriendo, para analizar el supuesto deterioro de la seguridad en las calles para los miembros del colectivo LGTBI. Todo había comenzado con una supuesta agresión brutal de ocho encapuchados a un joven mientras entraba en su portal en Madrid. Le grabaron en un glúteo con un cuchillo la palabra «maricón». Un relato escalofriante si no fuese una absoluta invención del denunciante. Las heridas fueron infligidas de forma consentida por un amante del joven, que las camufló como una agresión para esconder su infidelidad a su entonces pareja. El bulo explotó una vez que Sánchez ya había preparado el escenario y convocada la reunión, por lo que Moncloa decidió seguir adelante.

De aquel repentino y desaforado interés en los delitos de odio por parte de La Moncloa, dos meses después, apenas queda nada. De hecho, la medida estrella que salió en forma de promesa del encuentro que dirigió Sánchez -nunca un presidente había presidido esa comisión- fue la creación de unidades policiales especiales para hacer frente a este tipo de ilícitos penales.

El plan consistía en ubicar esas unidades dentro de la Comisaría General de Información y de las Brigadas Provinciales en la Policía, y de la Jefatura de Información de la Guardia Civil, de manera que hubiese agentes especializados que sólo se dedicasen a perseguir ese tipo de delitos. Pero, como advierten fuentes policiales que trabajan día a día con ese tipo de delitos, a día de hoy no se ha dado ningún paso hacia esas unidades.

No hay nada

«El ministro dejó la pelota en el tejado de Policía y Guardia Civil, pero a día de hoy ninguna de las Direcciones Generales ha movido un dedo para ello. No hay unidades y de momento no se les espera», advierten fuentes policiales próximas

Poco después de aquel anuncio, Interior comunicó el plan a las direcciones generales de ambos cuerpos policiales. Sin embargo, no hubo ninguna instrucción concreta. El diseño, creación y puesta en marcha quedaba a expensas de ellos, pero no habría siquiera un refuerzo presupuestario. Las unidades, explican estas fuentes, debían surgir de otras ya existentes. Asumir sus propios medios técnicos y humanos.

El resultado, explican estas fuentes, es que a día de hoy no se ha dado paso alguno hacia la creación efectiva de esas unidades. No hay ningún plazo temporal previsto para ello.