España
Ministerio del Interior

Marlaska obliga a los GRS que combaten los incendios a pagarse el hotel

Afecta a cerca de un centenar de agentes desplegados desde Sevilla, Valencia, León, Zaragoza, Madrid, Pontevedra y Barcelona

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, está asfixiando a los guardias civiles de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) que combaten los incendios de León, Zamora y Orense al obligarles a pagar de su bolsillo el hotel y la comida.

Esta situación afecta a cerca de un centenar de agentes que han sido desplegados desde Sevilla, Valencia, León, Zaragoza, Madrid, Pontevedra y Barcelona para prestar servicios de unos cinco días en los incendios. Unas tareas para las que en las próximas semanas se sumarán miembros de otras unidades.

Interior debería haberles adelantado, al menos, el 80% de las dietas, como es lo habitual. Sin embargo, los guardias civiles están teniendo que pagar por trabajar, adelantando el 100% del dinero. Unos 400 euros de media.

Dicha cantidad «no la recuperan hasta que regresen de esta comisión de servicio», según informa a OKDIARIO la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), la decana. «En el mejor de los casos, algunos han cobrado las dietas tres días después de volver, pero muchos aún siguen esperando», añade.

Además, la descoordinación se suma a la precariedad y a la falta de apoyo logístico. «La semana pasada, unos agentes iban de camino a los incendios de Asturias y se les ordenó dar la vuelta para enviar a otros guardias civiles de otra provincia, mientras que compañeros más cercanos fueron derivados a otro servicio que luego se canceló para enviarlos igualmente al incendio», explica Diego Madrazo, secretario nacional de Relaciones Institucionales de AUGC. «Esto refleja el nivel de improvisación y falta de planificación que sufrimos continuamente», manifiesta.

Apoyo logístico es todo lo que hace falta para que un despliegue funcione bien sin que los agentes tengan que preocuparse por el alojamiento, comida, transporte, dietas, combustible o material básico, y que ellos sólo tengan que centrarse en su trabajo.

En este caso, los hoteles les han costado de media unos 50 euros, al estar en zonas rurales, pero en otras partes del territorio español se sitúan en 100 euros o más. Aún así, las dietas no les cubren la totalidad de lo desembolsado porque llevan 20 años sin actualizarse.

Los agentes reciben sólo 77,13 euros al día en territorio nacional -48,92 para alojamiento y 28,21 para manutención-, por lo que pierden dinero. La AUGC lleva años denunciando que las dietas son «irrisorias» y la problemática que generan.

Descoordinación y desbordados de trabajo

Los GRS, dedicados al orden público y control de masas, están reforzando en los incendios a la Guardia Civil y al resto del operativo que trabaja en estas tareas. Realizan labores de seguridad, como control de carreteras, facilitar desalojos de viviendas y evitar saqueos en las viviendas desocupadas.

En cuanto a alojamientos, «ha sido todo muy improvisado», según informa esta asociación. Pone como ejemplo que la situación para los agentes de León ha sido «bastante regular» porque en el hotel sólo les entraba el alojamiento, no la manutención. En este caso, en alguna ocasión han podido comer gracias a la ONG World Central Kitchen del chef José Andrés, un gesto solidario que agradecen.

Turnos de 12 o 14 horas sin recursos

Estos agentes están haciendo «en torno a 12 y 14 horas», por lo que terminan agotados, pero se encuentran sin recursos básicos que alivien las duras condiciones en las que están desarrollando su labor. «Esto es frecuente para los GRS, que tienen sensación de abandono institucional. Hay descoordinación y sobre todo cuando acontece una situación imprevisible, como fue DANA”, afirma la AUGC.

Algunos hoteles intentan ajustar los precios a los agentes por tratarse de grupos, pero es raro que les cubran las dietas, lo habitual es que pierdan dinero, ya que lo que pase de 77,13 euros tiene que ser asumido por los propios agentes.

Pueden pedir ampliación de dieta, pero han de solicitarla antes de desplegarse, después de ello queda al criterio del jefe de la agrupación y por lo general no se concede. «Alguna vez sí lo han concedido a posteriori por ser una cantidad desmesurada, pero siempre con tirones de orejas y amenazas de que no se pagará la próxima vez», según señalan a OKDIARIO fuentes policiales.

La AUGC afirma que en los incendios está habiendo descoordinación debido a la falta de personal que hay en los GRS por el exceso de trabajo que tienen.

Estas unidades llevan años con escasez de personal, mientras sus funciones y cometidos se incrementan, y actualmente se encuentran «desbordados de trabajo», según advierte esta asociación.

Entre las competencias de los GRS también están la seguridad de las centrales nucleares, son el contingente que vigila la valla de Ceuta y Melilla y cuando hay un asalto actúan, así como en manifestaciones, huelgas, problemas de orden público, como el reciente en Torre Pacheco (Murcia), en catástrofes naturales y en festivales y festejos. En total, los GRS están integrados por unos 1.600 agentes.

También son los que blindan las vacaciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Como ha informado recientemente OKDIARIO, Sánchez ha tenido más GRS para cubrir sus vacaciones de verano en Lanzarote que los que envió a los incendios de León y Zamora durante los días más álgidos, a mediados de agosto.

La cifra también contrasta con la de efectivos que Marlaska ha desplegado para la seguridad del ex presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero, quien tiene a su disposición durante sus dos meses de vacaciones en Lanzarote una sección de 20 agentes que ejercen en turnos de dos miembros.

Suplen la falta de personal con alumnos

La AUGC afirma que el número de efectivos en las diferentes unidades debe  incrementarse. Y señala que la Guardia Civil supliendo la falta de personal con guardias alumnos, lo que ocurrirá el próximo mes de septiembre.

«Cuando llegan agentes en prácticas podemos repartir mejor la carga de trabajo, pero en cuanto se marchan a sus destinos definitivos, esa carga no se reduce: seguimos afrontando exactamente el mismo volumen de tareas como si continuaran aquí», señala Diego Madrazo.

«A ello se suma que, en ocasiones, tampoco se optimiza bien el personal disponible y se destinan efectivos a festejos o conciertos en los que termina habiendo más guardias civiles que asistentes. Todo ello refleja una grave descoordinación que lastra el servicio y aumenta la sensación de abandono institucional», concluye.