La guerra de Ucrania agota los arsenales de balas y Defensa se ve obligada a pagarlas al doble de precio
La guerra provocada por la invasión rusa de Ucrania está a punto de cumplir un año. Y entre sus consecuencias está la grave crisis económica que ha generado, disparando la inflación en toda la zona euro. Un aumento de precios que también ha afectado, de manera importante, a la industria de defensa. Especialmente al mercado de la munición. La altísima demanda procedente del campo de batalla ucraniano ha provocado que comiencen a escasear los proyectiles de artillería y las balas. El precio se ha disparado de tal manera que el Ministerio de Defensa ya las ha tenido que pagar casi al doble de su precio para formar su «reserva estratégica» de guerra.
Lo desveló OKDIARIO el pasado mes de noviembre: el Ministerio de Defensa planificaba la creación de una «reserva estratégica» formada por alrededor de 20 millones de balas del calibre 5,56×45 mm. Las que utilizan el fusil G-36, el de servicio estándar de las Fuerzas Armadas, o las ametralladoras ligeras MG-4.
La compra de la reserva de balas para el arsenal estratégico se produjo el pasado mes de diciembre, pero lo hizo a un precio más elevado de lo que preveía Defensa. Se licitó la compra por un importe de 6,3 millones, pero finalmente se pagaron 11,8. Casi cinco millones de euros más de lo previsto inicialmente.
Según fuentes consultadas por este diario, la cantidad de balas que esperaba obtener Defensa para su reserva al precio marcado -6,3 millones sin IVA- se quedaba muy corta para los precios actuales del mercado. Por lo tanto, se rebajó esa cantidad y se sumó otro contrato, por valor de 4,8 millones, para cubrir el total previsto inicialmente. Ambos se adjudicaron a NAMMO Palencia S.L., una firma noruega especializada en munición que tiene una fábrica en la ciudad castellanoleonesa.
Con esas balas, las Fuerzas Armadas españolas tienen suficiente como para cubrir una demanda de entre 13 y 16 meses -en tiempos de paz- de actividad habitual. Tanto para misiones como para el adiestramiento. Pero de continuar la guerra en Ucrania, y de mantenerse esa enorme demanda que colapsa las cadenas de producción, las previsiones de futuras compras no son nada halagüeñas.
Problemas
España no es el único país que, con vientos de guerra en Europa, ha decidido reforzar sus reservas y crear depósitos estratégicos de munición. Eso, explican fuentes militares, ha tensionado el mercado de la munición. De hecho, con el inicio de la guerra en Ucrania los Ejércitos comenzaron a advertir que el precio unitario de las balas podría aumentar significativamente.
La creación de esa reserva se producía después de los avisos de la OTAN, y también del propio Estado Mayor de la Defensa, acerca de las tensiones que estaba sufriendo el mercado productor de munición con la brutal demanda proveniente de Ucrania. Era necesario comprar reservas mientras hubiese disponibilidad y, sobre todo, hacerlo a un precio razonable. Otros países de la OTAN hicieron lo mismo por indicación de la propia Alianza Atlántica.
Como ocurre con otros bienes estratégicos, como el combustible, los Ejércitos planifican las compras de cara a varios ejercicios para aprovecharse de mejores precios y aprovisionarse de cara a posibles contingencias. Pero en el caso de la reserva de guerra que planificaba Defensa, el Ejército no ha podido sortear la inflación creciente del sector.
Reservas de guerra
La incertidumbre que ha generado la guerra de Ucrania ha llevado a los países de la OTAN, entre ellos España, a impulsar sus reservas de guerra. Depósitos de municiones, armas o combustible a los que no se puede recurrir en tiempos de paz, aunque sean frágiles como el que se atraviesa actualmente. Todo debe estar listo de cara a un eventual cambio de escenario.
Las balas que se van a adquirir para esta iniciativa son de tipo ordinario. No habrá balas trazadoras (con una carga pirotécnica que permite ver su trayectoria de noche), ni tampoco antirrebote, los otros tipos de munición con las que operan habitualmente las Fuerzas Armadas españolas.
Fuentes militares explicaban que esta reserva será independiente de las que tiene cada uno de los tres Ejércitos, aunque sí destacan que será mayor y «transversal», ya que permitirá nutrir a Tierra, Aire y Armada de munición en caso necesario. De hecho, también permitirá abastecer a otras fuerzas de tipo policial, como la Guardia Civil o la Policía Nacional, en el caso de que fuese necesario -usan los mismos fusiles G-36-.