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El Gobierno quiere controlar hasta la RAE: censura la palabra ‘mena’ y pide que no se use

La RAE recuerda que su función es incluir los usos lingüísticos de la sociedad

El número de menas en España ha aumentado un 140% en sólo 4 años

La inclusión de la palabra mena en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) ha sentado como un jarrón de agua fría en el Gobierno de Pedro Sánchez, que ha censurado que se incluyan este tipo de términos lingüísticos y ha pedido con indignación que los hablantes dejen de usarla porque «no es inocua».

La RAE recoge, como cuarta acepción al término mena, la palabra procedente del acrónimo ‘Menor Extranjero No Acompañado’. Un término que acuñó precisamente el propio Gobierno a través del Ministerio de Interior y que, conforme el número de inmigrantes menores ilegales ha aumentado en España,–un 140% en sólo 4 años–, la popularidad del término ha crecido hasta el punto que la Academia lo ha incluido.

La definición que recoge la RAE es la siguiente: «Inmigrante menor de edad que no cuenta con la atención de ninguna persona que se responsabilice de él», incluyendo una explicación al hablante: «A veces se usa en sentido despectivo».

Las críticas no han tardado en llegar por parte del gobierno socialcomunista consciente del poder que tienen las palabras y de la popularidad entre los hablantes al incluirla la propia RAE en el diccionario.

La clave no es sólo que el diccionario cuente con una entrada que defina el concepto, sino que, a partir de ahora, su uso no requerirá cursiva ni tampoco debería suponer su utilización un gesto político ante la objetividad de la definición incluida, lo que podría abrir la caja de Pandora en los estudios marxistas del lenguaje.

En este contexto se entiende que la reacción del Gobierno de España ha sido la censura ante la RAE y ante los propios hablantes, poniendo como diana a los medios de comunidad.

La reacción del Gobierno de Sánchez

La secretaria de Estado de Migraciones, Pilar Cancela, ha rechazado que la RAE recoja en la edición de este año la palabra mena. «Las palabras no son inocuas, las palabras definen, las palabras estigmatizan y las palabras también deshumanizan», ha señalando advirtiendo que no sólo es un problema la inclusión del nuevo término, sino la definición que se da de éste.

«Yo creo que más allá del papel que pueda tener la Real Academia de la Lengua, que al final lo que hace es recoger usos lingüísticos que se están produciendo en la sociedad, también es muy importante la perspectiva», ha explicado en declaraciones a Europa Press, junto con el secretario de Juventud e Infancia, Rubén Pérez.

Para el Gobierno de España, el término mena sólo pretende «deshumanizar» a los menores inmigrantes y «obviar que detrás hay un ser humano en una situación de vulnerabilidad tremenda que está solo» y ha pedido que los hablantes dejen de utilizarlo, insistiendo en que la incorporación de esta palabra en el diccionario «no ayuda a la humanización de quien está detrás».

Precisamente, desde Juventud e Infancia han pedido al Ministerio del Interior que cambie el denominado Registro de Menas. «A nosotros no nos gusta la palabra mena. Mena en realidad es el acrónimo de un registro que tiene el Ministerio de Interior, cuyo registro queremos cambiar también, se lo hemos dicho al Ministerio de Interior, hay que cambiarlo para que sea mucho más dinámico, mucho más fidedigno y podamos trabajar tanto los gobiernos autonómicos, el Gobierno del Estado y las entidades sociales para también diseñar políticas públicas», ha indicado.

Por su parte, el secretario de Estado de Juventud e Infancia, Rubén Pérez, ha reconocido su posición crítica con la RAE al tiempo que ha señalado que la Academia recoge términos coloquiales: «Joven migrante, igual a mena, igual a delincuente. Esa deriva está en la sociedad. Lo primero que tenemos que hacer es cambiar el relato falsario».

Por ello, ha mostrado su malestar por el hecho de que se utilice el acrónimo mena para «criminalizar». A su juicio, es «terrible cómo se utiliza», tachando a los medios de comunicación que utilizan el acrónimo «sin escrúpulos».

A la crítica se ha sumado la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), que rechaza también que el término mena se encuentre en el diccionario, porque, a su juicio, significa «normalizar el uso de un acrónimo que deshumaniza y despersonaliza».