CASO ABIERTO

La estrategia de ‘El Cuco’ y su madre acaba con toda opción de repetir el juicio de Marta del Castillo

Marta del Castillo
Los vídeos íntegros de la reconstrucción del asesinato de Marta del castillo en la escena del crimen.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Las mentiras en el caso de Marta del Castillo son como la arena en el desierto, sin ellas es imposible entender el caso más complicado de la reciente historia criminal española. Por eso es justo que dos de los mentirosos confesos que más daño han hecho a la familia de la joven desaparecida en enero de 2009 paguen por las consecuencias de sus actos. Sin embargo, el juicio que se ha celebrado a medias estos días en la capital hispalense no iba de lo que las fuentes jurídicas han pregonado a diestro y siniestro. Este juicio pretendía una pirueta jurídica inédita, complicadísima pero no imposible: juzgar a uno de los adultos absueltos en el primer juicio por la muerte de Marta, al hermano de Miguel Carcaño, pero esta vez por un delito de asesinato.

Sobra decir que Antonio del Castillo, Eva Casanueva, José Antonio, el abuelo de Marta y toda la familia extensa de la familia sevillana merecen recibir de una vez por todas la respuesta a la única pregunta que les asalta cada mañana: ¿dónde está Marta? Por eso es imposible criticar su último intento ante los tribunales para conseguirlo, pero sí hace falta explicar qué ha pasado para poder entenderlo mejor.

Javier García, alias El Cuco, y su madre Rosalía, han reconocido ante la juez que el delito del que le acusan los padres de Marta es cierto: ambos mintieron en el juicio por la muerte de su hija, lo que además le provocó un aumento al daño moral de la familia. Ojalá todos los juicios se resolvieran así de rápido: El Cuco ni llegó a su casa a dormir a la hora que declaró ni su madre lo arropó en la cama. El Cuco estuvo en León XIII con Miguel Carcaño, el cadáver de Marta del Castillo y, según la sentencia que condenó a Miguel, “con una tercera persona”.

Que lo dijera ante el juez

Esa tercera persona es, en boca de El Cuco, se le oye decirlo en las grabaciones de Pablo B., alias El Infiltrado, Francisco Javier, el hermano de Carcaño. El propio Miguel no sólo lo sitúa en la escena del crimen, sino que dio un paso más hace unos años para confesar que el autor de la muerte de Marta del Castillo es su hermano. Según Carcaño le golpeó en la cabeza con la culata de un arma cuando la chica trató de mediar en una pelea entre ambos. Entones, ¿por qué no ir a por el hermano de Carcaño? Porque Miguel Carcaño nunca ha acusado a su hermano del crimen de Marta en sede judicial.

Eso es lo que la familia de la joven, a través de sus abogados, pretendían que ocurriera el próximo 31 de mayo. Si Javier reconocía o no haber mentido era algo totalmente secundario, ya que en la sala se iban a escuchar tres testimonios demoledores: las grabaciones en las que El Cuco, su madre y su difunto padre reconocían las mentiras y además se referían a Marta y a su familia de manera muy despectiva, el propio hombre que las grabó, el infiltrado, que hubiera detallado todo aquello que no se hubiera oído en las grabaciones y el propio Miguel Carcaño, trasladado exprofeso desde la cárcel de Herrera de la Mancha hasta Morón de la Frontera para declarar en este juicio.

Miguel poco o nada podría decir de las mentiras de El Cuco que no haya dicho ya. De hecho, lo lleva incriminando y situándolo en su casa de León XIII desde que fue detenido en 2009. Lo importante era aquí que Miguel dijera quién los acompañaba esa noche y qué hizo realmente. El hermano de Carcaño no puede volver a ser juzgado por el mismo delito del que fue absuelto en el juicio contra su hermano, su novia y Samuel Benítez. Francisco Javier fue acusado de haber encubierto el crimen, de haber colaborado en la desaparición del cuerpo e incluso de haber entorpecido las investigaciones. Llegó a estar preso, pero el tiempo, la falta de pruebas y un Miguel Carcaño mucho menos envalentonado hizo imposible condenarlo.

Sin embargo, Francisco Javier sí podría responder por otros delitos relacionados con la muerte de Marta del Castillo si una prueba sólida, nueva y contundente lo relacionara con la misma. Hay quien cree que Carcaño acusándolo en un tribunal sería esa prueba necesaria. Otras fuentes son más realistas y recuerda que el Tribunal Supremo ya explicó en su día el valor real de un testimonio para vulnerar la presunción de inocencia. Además, si Carcaño contará esto más allá de las cartas que ha escrito sería su novena versión de los hechos, y eso no ayuda precisamente.

El juicio contra El Cuco y su madre ha terminado. A ambos los van a condenar, seguro, a un mes, como piden sus abogados, o a 18, como piden las acusaciones. Lo malo de este juicio es que después de todo el barullo vivido durante los últimos días, Antonio del Castillo y Eva Casanueva han vuelto a su casa y están igual de lejos de su hija Marta que hace 13 años.

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