España
Juicio al procés

Cuixart pidió a la Guardia Urbana de Badalona que hiciera «la vista gorda» con los carteles del 1-O

Un cabo de la Guardia Urbana de Badalona (Barcelona) que intervino el 25 de septiembre de 2017 en el requiso de carteles de propaganda del 1-O ha narrado este martes ante el tribunal que juzga el 'procés' en el Tribunal Supremo que el presidente de Ómnium Cultural, Jordi Cuixart -para quien se piden 17 años de cárcel por rebelión- estuvo presente en este episodio dentro de un grupo de personas que buscaron evitar la intervención, y que le sugirió que hiciera la "vista gorda" y pasara de largo sobre lo que ocurría.

El testigo, con el que se ha reanudado la sesión de tarde en la vista del ‘procés’, ha relatado ante la Sala la «tensa» situación que se creó cuando patrullaba junto a otros dos compañeros sobre las once de la noche por las calles de Badalona y observaron a un grupo de personas colocando carteles, una de ellas subida en una escalera. Se pararon y observaron que se trataba de carteles propagandísticos del referéndum del 1-O con las leyendas «Hola Europa, Hola nou país y Hola República».

Tanto este cabo como otro de los agentes que le acompañaban en la patrulla han coincidido en señalar que en ese momento advirtieron a los ciudadanos que no podían colocar los carteles porque, además de contravenir ordenanzas municipales, ellos debían actuar en cumplimiento de una orden de la Fiscalía que les obligaba a retirar material para la consulta. «Nos dijeron que lo hacían porque se lo pedía el cuerpo y además era bueno para Cataluña», según ambos testigos.

Al lugar empezaron a llegar una veintena de personas que comenzaron a grabar a los agentes e insultarles, mientras uno de los del grupo inicial cogió su móvil y realizó una llamada, según él a la alcaldesa del municipio, de Guayem Badalona. Tras colgar manifestó que la alcaldesa decía que no podían quitarles los carteles (eran unos 45) sin orden judicial, a lo que los agentes respondieron que cumplían instrucciones y que si la alcaldesa tenía algún problema debía dirigirse a sus superiores.

Situación cada vez más tensa

Los testigos también han coincidido en relatar ante la Sala que en ese momento llegó al lugar el presidente de Ómnium, acompañado por otras personas, y que la situación se fue tornando cada vez más tensa.

Los agentes recibían insultos como «fascistas» y amenazas, como que tras el 1 de octubre les iban a echar en la Guardia Urbana de Badalona. Ninguno de los testigos han señalado a Cuixart como emisor de tales manifestaciones.

Tras recoger los DNI de los integrantes del grupo oficial
-para dar cuenta de lo ocurrido a la Fiscalía- los agentes tuvieron que responder también a otra persona que llegó al lugar en bicicleta. Se trataba del teniente de alcalde de municipio José Téllez, que igualmente les exigía que cesaran en su actuación.

«Cambiando de color»

La tensión aumentó a cuenta de la pérdida momentánea de uno de los DNI solicitados, el de una de las mujeres del grupo, de modo que los guardias optaron por entrar en el coche y llevarlo a un lugar alejado del tumulto para poder buscarlo con tranquilidad «porque la situación estaba cambiando de color», según el relato de uno de los agentes.

«Entonces dos personas y Cuixart se pusieron delante y colocaron las manos en el capó, y nos dijo que de aquí no sale el coche hasta que aparezca el DNI -ha añadido el agente-. Hasta me reí, era una situación cómica y muy rara».

Al final, Telléz -absuelto este lunes por lo ocurrido tras haber sido inicialmente condenado por desobediencia por un Juzgado Penal de Barcelona- decidió «asumiendo que le podía caer multa» abrir la puerta del coche y sacar los carteles, que fueron recogiendo Cuixart y otras personas. Los agentes decidieron no actuar ni detener a Téllez para evitar «un mal mayor» y se limitaron a pedirle su DNI.

La única diferencia entre los dos testigos que han declarado sobre este asunto, a preguntas de la abogada de Cuixart, Marina Roig, ha sido que el primero de ellos ha manifestado que se sintió «desautorizado» por la actuación de Cuixart en el grupo de concentrados, mientras que el segundo no compartió esta sensación.