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Sumar

Díaz se relaja ante la corrupción: el código ético de Sumar sólo obligará a dimitir con juicio oral

Sumar lanza su código ético que contempla que personas imputadas pueden seguir en sus cargos

El partido de Yolanda Díaz quiere ser "amable" y evitar estructuras "verticales"

Sumar se toma con calma la lucha contra la corrupción en sus propias filas. El partido creado por Yolanda Díaz ha enviado su primer código ético a sus militantes y, tal como ha observado OKDIARIO, la imputación judicial –una figura ahora rebautizada como investigado– no conllevará directamente la dimisión. Previamente, Podemos, el partido del que proceden la inmensa mayoría de los cuadros de Sumar, quiso elevar los estándares éticos de la política española y fijó la dimisión de sus cargos cuando se les abriera investigación judicial en diligencias previas. Sin embargo, nada de eso se consolidó.

Al final de su recorrido, Podemos, con la llegada de una quincena de condenas, estipuló que ni tras el procesamiento, ni tras la celebración de un juicio oral y ni tras la notificación de una condena en firme, la dimisión era obligatoria. Se estipuló una cláusula por la que si la sentencia condenatoria es en un supuesto «contexto de acoso», no hay que dejar el puesto público. Podemos asumió la teoría del lawfare, o persecución judicial con fines políticos, y olvidó sus compromisos morales.

Sumar indica en su código ético que «si se abrieran actuaciones penales [la antigua figura del imputado] contra alguna persona afiliada a Sumar, ésta deberá informar a los órganos competentes sobre las circunstancias concretas del caso a fin de poder valorar los posibles incumplimientos del
presente código y tomar las decisiones disciplinarias pertinentes». Por tanto, las imputaciones se estudiarán caso a caso y no necesariamente habrá medidas. Lejos quedan los tiempos en los que la izquierda radical cargaba contra el PP y el PSOE por proteger a capa y espada a personas provisionalmente imputadas y se gritaba en las calles: «¡Dimitir no es un verbo ruso!».

El partido de Yolanda considera que ya sí, si hay procesamiento, el militante pierde su condición: «La apertura de juicio oral por cualquiera de estos delitos supondrá la suspensión inmediata de la membresía [la condición de miembro de Sumar]». Por otra parte, «en cualquier caso, Sumar cesará a cualquier cargo público u orgánico que sea procesado o condenado por delitos de violencia contra las mujeres, pederastia y maltrato infantil, delitos de odio contra colectivos vulnerables, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, contra el medio ambiente, contra los derechos de las personas trabajadoras, sobre la ordenación del territorio y el urbanismo o delitos relacionados con la corrupción o por impago de una pensión alimenticia».

«En caso de tratarse de un cargo público, se compromete a dejar el acta de representante público y en caso de no hacerlo, se producirá la expulsión del grupo parlamentario o municipal correspondiente. La condena firme por cualquiera de estos delitos supondrá la expulsión de Sumar», agregan.

Declaración jurada

El partido magenta añade que sus miembros firmarán una declaración pública de no haber incurrido con anterioridad en esos delitos. También apuntan medidas para evitar casos de puertas giratorias, la colaboración con entidades de banca «ética» y suscribir una carta financiera para contribuir económicamente con la organización. No se aclara por el momento si apuestan por el sistema inicial de Podemos de un tope de tres salarios mínimos interprofesionales o el posterior de porcentajes.

El código ético de Sumar se llevará a votación a la primera asamblea de la formación que será finalmente el próximo 23 de marzo. Todavía hay margen para enmiendas por parte de los militantes.

Rechazar regalos

Otra de las obligaciones de Sumar pasará por rechazar cualquier obsequio superior a 100 euros, ni tampoco acumularlos por un valor superior a 200 euros durante un año. En este marco remarca que, en caso de no poder devolverse, tendrán que ser donados a organizaciones sin ánimo de lucro.

También, en su condición de fuerza plurinacional, Sumar usará las distintas lenguas cooficiales y la traducción de los distintos documentos. Por otro lado, su ponencia política desgrana que no se tolerará «ningún tipo de comportamiento machista, LGTBIfóbico, racista o discriminatorio». Igualmente, Sumar pauta que sus cargos se abstendrán siempre de la toma de decisiones en las que se genere conflicto de intereses para una tercera persona donde se tenga relación personal.

Partidos hermanos

Otro de los puntos clave que generaban expectación en los documentos fundacionales y del código ético de Sumar es la relación con otros partidos. El equipo de Yolanda Díaz se compromete a ceder a otras formaciones políticas el 30% de su Grupo de Coordinación, el comité federal de Sumar. El resto de este órgano será cuota de Sumar y elegido en la asamblea por los miembros, es decir, los que antes eran los inscritos en Podemos.

Por otra parte, Sumar –tras las múltiples presiones de Podemos– acepta que las listas electorales se decidirán por primarias. Una fórmula que se consagra para otras decisiones estratégicas con «el principio de una persona, un voto». No obstante, Sumar tendrá un sistema de ratificación de esas listas.

Tras el congreso fundacional habrá otro en otoño para terminar de dar forma definitiva al marco normativo de Sumar. La ponencia actualmente define que el Grupo Coordinador serán 110 miembros, de los cuales 76 serán cupo de Sumar y otros 33 para los partidos progresistas (IU, Más Madrid, los Comunes, Equo, etc.). Además, habrá cuatro miembros de Sumar seleccionados por sorteo, con voz pero sin voto. Siempre habrá paridad entre hombres y mujeres y se permite la doble militancia.

Con esta inicial «arquitectura orgánica flexible», el proyecto que abandera Díaz busca «consolidarse» tras la primera fase electoral del 23J. No quieren ser «sólo una recombinación electoral de los partidos» y quieren ser una fuerza «amable», que apuesta por una estructura «descentralizada» frente a modelos «verticales».