España
Crisis en Ciudadanos

Cs se desintegra: pierde 96 cargos en 90 días por su acercamiento al PSOE

Desde que Ciudadanos decidió virar hacia el PSOE e iniciar aventuras coordinadas con el partido de Pedro Sánchez, la formación naranja no ha dejado de desangrarse hasta llegar al punto de casi desintegrarse. Un largo listado de 96 cargos han abandonado el partido hasta dejar convertida la antigua formación de Inés Arrimadas en un esqueleto difícilmente reconocible en prácticamente 90 días. Todo ello, tras mociones fallidas pactadas con el PSOE, como la de Murcia, intentos de moción también fallidos, como el de Madrid, o regalos de ayuntamientos al PSOE, como el de Granada.

El sálvese quien pueda ya es más un grito de desintegración que de alarma en la formación naranja.

Tras poco más de medio año de acercamiento de Ciudadanos al PSOE, 97 cargos han decidido dejar la formación desde sus cuatro esquinas territoriales. Andalucía, Aragón Baleares, Madrid, Comunidad Valenciana, Cataluña, Navarra… Es difícil encontrar una gran plaza española en la que las bajas del partido no hayan marcado la historia más reciente de la formación.

La primera en abrir fuego fue Lorena Roldán: ella, directamente decidió cruzar la frontera y presentarse con las siglas del PP. Pero la moción fallida en Murcia, en la que Cs, con pleno conocimiento de Inés Arrimadas, pretendió arrebatar la gobernabilidad al PP para regalársela al PSOE del imputado Diego Conesa, fue la mecha que dinamitó el partido: desde ese momento, hace poco más de tres meses, nada menos que 96 cargos han arrojado a la arena su camiseta naranja.

La lista de bajas es larga y nutrida. Han abandonado Ciudadanos cargos que llegaron a diputado autonómico en Andalucía, como Andrés Samper, Marta Escrivá, Pablo Cambronero, Carlos Hermoso o el propio Fran Hervías.
En Aragón, las fugas incluyen a Lourdes Guillen. Y en Baleares, a Maxo Benalal.

Fugas en Madrid y Valencia

La Comunidad de Madrid también ha reflejado con generosidad esta tendencia: Sergio Brabezo, Marta Marbán, Juan Rubio, Enrique Martínez Cantero, Ángel Garrido, Enrique Veloso, Luis Pacheco, Elena Álvarez, Patricia Reyes o Marta Rivera de la Cruz. Todos ellos forman un voluminoso grupo que ha contribuido a la desintegración del partido naranja.

En la Comunidad Valenciana, Toni Cantó es uno de los exponentes más notables. Pero, de nuevo, el grupo no acaba allí. Sandra Julià, Emilio Argüeso, Marta Martín, Juan Antonio Martínez, Jesús Salmerón, Cristina Gabarda, Asuncion Sánchez o Vicente Fernández se suman al grupo de los huidos.

En Cataluña, Jean Castel, Alfonso Sánchez, Sergio del Campo o Maialen Fernández siguen el ejemplo. En Castilla-La Mancha, Alejandro Ruiz, Úrsula López y Francisco Fernández Bravo. En Castilla y Leon, María Montero y Manuel Hernández.

En Navarra, se suma Ruth Goñi. Senadora. Y en Murcia, Isabel Franco, Valle Miguélez, Paco Álvarez o Alberto Castillo.

Y sólo por citar algunos de los antiguos cargos naranjas que han decidido saltar del barco. Porque el barco ha optado por nuevos rumbos. Y esos rumbos se han acercado al PSOE. El último ejemplo de esta opción política se ha producido en Granada esta misma semana.

Ciudadanos comunicaba este pasado miércoles que abría expediente de expulsión a su ex alcalde en Granada, Luis Salvador, y el edil José Antonio Huertas, tras investir al socialista imputado Francisco Cuenca como nuevo alcalde. Sin embargo, la líder del partido naranja, Inés Arrimadas, apoyó expresamente a Salvador y lo ratificó hace sólo 8 días en una entrevista en TVE.

El pasado 29 de junio, Arrimadas recalcó que Luis Salvador estaba de alcalde de Granada «para cuatro años», después de que otros dos ediles naranjas y los siete ediles del PP abandonaran el equipo de Gobierno a principios de junio. Los ‘populares’ tomaron esta decisión ante la negativa de la formación naranja a cederles la Alcaldía durante los dos próximos años en virtud de un pacto para turnarse en el cargo que, según Ciudadanos, nunca existió.

Acuerdo incumplido

Fuentes conocedoras de aquella negociación tras las elecciones de 2019 señalan a OKDIARIO que el propio Luis Salvador acordó con el entonces presidente del PP, Sebastián Pérez, en la misma mañana de su investidura, esa alternancia en la Alcaldía. Conforme a ello, se realizó el reparto de competencias en el Ayuntamiento. Sin embargo, llegado el ecuador de la legislatura y en el momento de tener que entregar la alcaldía al PP, Salvador cambió de postura y se aferró a lo que inicialmente pactaron las direcciones nacionales de Cs y PP, esto es, que la Alcaldía sería durante los cuatros años de color naranja.

De ahí que Arrimadas mantuviera su apoyo a Salvador esos días, y ello pese a que el ex alcalde de Granada y ex senador socialista, había amenazado ya con apoyar al PSOE en declaraciones públicas, por ejemplo, en una entrevista del pasado domingo al diario Ideal de Granada.

Ahora, el Ayuntamiento de Granada es ya del PSOE. Y de un imputado.